El último informe del Programa Estado de la Nación (PEN) fue fulminante con la administración del expresidente Carlos Alvarado.
Según el estudio, el expresidente se enfocó más en temas de impuestos y la pandemia del Covid-19 que en atender a los costarricenses.
De acuerdo con el PEN, el descontento de la ciudadanía en torno a los problemas estructurales del país sigue prácticamente invariable y los poderes del Estado, durante la administración Alvarado Quesada, no pudieron atender las demandas ciudadanas.
Esa situación elevó el descontento en la ciudadanía, la cual se manifestó en contra de la administración y finalmente decidió no respaldar en las urnas al partido de gobierno, es decir, Acción Ciudadana (PAC).
A todo lo anterior, en el periodo 2018-2022 la reforma fiscal generó una crispación con constantes manifestaciones en las calles, movimientos violentos y descontento popular contra el gobierno.
“El ejemplo de corto plazo más reciente es que, mientras que de cara a lo campaña electoral 2022 la ciudadanía consideró el costo de la vida y el desempleo como las necesidades más urgentes de resolver, en agosto de este año, y tras el cambio de gobierno, el costo de la vida y la situación económica fueron destacadas nuevamente como el principal problema del país”, expresó Ronald Alfaro Redondo, investigador del Estado Nación.
El informe señala además que el Poder Ejecutivo 2018-2022 experimentó alta inestabilidad en su gabinete, lo cual afectó su capacidad de gestionar los asuntos públicos.
“La administración Alvarado Quesada fue de las más inestables en la historia reciente de Costa Rica. Rotaciones en ministerios clave como Presidencia, Comunicación, Cancillería, Hacienda y Educación fueron superiores a las de gobiernos anteriores”, detalla el PEN.
“En general, la duración promedio de los y las ministras en el cargo fue de 1,9 años, la más baja desde 1978, solo por detrás de la del presidente Rodríguez Echeverría”, concluye.