Los alimentos no solamente funcionan para brindar sustento, vitaminas, minerales y demás al cuerpo humano, sino que también son participes del estado de ánimo.
Esto se ve reflejado en que algunos inducen a la sensación de bienestar en el organismo, con el fin de que el cuerpo y mente trabajen de buena forma se pueden mencionar algunos alimentos que mejoran el humor.
Cereales con leche: La vitamina B1 o tiamina, conocida como la vitamina del ánimo, está presente en los cereales integrales y los lácteos. Es necesaria para que el cerebro produzca un neurotransmisor cerebral llamado serotonina relacionado con el estado de ánimo. De ahí que un tazón de leche con cereales y frutos secos nos ponga de muy buen humor.
Arándanos y salmón: Los arándanos, las fresas, el té, las nueces y el salmón ejercen un efecto positivo en nuestro estado de ánimo. ¿Pero qué tienen en común? Según han demostrado las investigaciones, todos contienen componentes del sabor estructuralmente muy similares al ácido valproico, un medicamento antiepiléptico que también se usa para suavizar los cambios de humor de personas con trastornos maníaco depresivos y trastorno bipolar.
Helado de chocolate: Según otro estudio, tanto el chocolate como los helados contienen triptófano, un aminoácido que nos calma y reduce la agresividad, aumentando la producción de serotonina, también conocida como la hormona del bienestar.
Frutas y verduras: También algunas investigaciones revelan que los días en que comemos más frutas y verduras nos sentimos más relajados, más felices y más energéticos que los días que ingerimos menos cantidades. Según se indica, la gente joven necesita comer entre 7 y 8 servicios de estos alimentos al día (cada dosis sería media taza o el tamaño que cabe en la palma de su mano). Un modo sencillo de hacerlo es que la mitad de cada plato principal contenga verduras y que en las comidas de media mañana o media tarde tomemos una pieza de fruta entera, por ejemplo, una manzana.
Ensalada de algas marinas: Las algas marinas son ricas en iodina, un nutriente esencial del organismo que se requiere para el funcionamiento del tiroides y cuyo déficit causa cansancio y depresión.