“El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, dice el antiguo adagio de guerra, una realidad que provoca que varias fuerzas busquen unirse con una meta común: derrotar a un opositar común.
En la actualidad para que en el Congreso vuelva a darse una alianza dentro de la oposición es difícil.
En el segundo año legislativo esa frase se convirtió en la herramienta que dio vida a la Alianza por Costa Rica, conformada por las bancadas políticas de oposición en el Congreso.
Su éxito, quitarle el control del Directorio Legislativo a Liberación Nacional.
Pero, así como en la guerra todo se vale, lo mismo sucede en la política costarricense.
Para contrarrestar la fuerza de oposición, Liberación Nacional utilizó otro adagio de guerra: divide y vencerás.
En 2012 aplicó lo que le aplicaron y el directorio pasó a manos de un diputado, que pese a ser de oposición, tiene una línea clara pro gobierno.
Pero el mayor triunfo de Liberación Nacional fue haber dividido a la oposición, mientras veía todo desde la barrera.
Para este primero de mayo, la nueva estrategia del oficialismo – lejos de estar dividido – parece que le genera dudas internas.
“Nosotros tomaremos las decisiones al minuto noventa. Podrá ser este lunes. Lo importante es que será una ruta tomada por la fracción”, dijo Fabio Molina, jefe de la fracción verdiblanca.
Luis Gerardo Villanueva, diputado verdiblanco, busca volver a la silla de la presidencia del Congreso.
Cercanos al legislador cartaginés califican su postulación como un acto de orgullo personal y recuerdan que fue presidente del Congreso en 2010 y perdió la reelección 2011, con el opositor Juan Carlos Mendoza, del Partido Acción Ciudadana.
“Será una decisión de fracción. La reunión que sostuvimos hoy (jueves) se trataron varios temas, entre ellos la conveniencia política de la presidencia de la Asamblea Legislativa”, indicó Villanueva ante la consulta de DIARIO EXTRA.