Lic. Bernal Monge*
Han transcurrido algunos años desde que se empezó a comentar sobre inteligencia emocional. En los inicios de los 90, el psicólogo de Yale Meter Salovey y John Mayer, de la Universidad de New Hampshire, definieron la inteligencia interpersonal e intrapersonal con el llamativo nombre de “inteligencia emocional”. Asimismo, el tema despertó la atención en el nivel mundial gracias al psicólogo de Harvard Daniel Goleman, con el libro “Inteligencia Emocional”.
Es importante comentar sobre los elementos o capacidades que la integran y abarca tanto aspectos como cualidades: la comprensión de las propias emociones, la capacidad de saber ponerse en el lugar de las otras personas y la capacidad de conducir las emociones de manera que mejoren la calidad de vida.
Sus cinco elementos o cualidades son: Reconocer las propias emociones, saber manejar las propias emociones, utilizar el potencial existente, la empatía o saber ponerse en el lugar de los demás y establecer relaciones sociales o relaciones Interpersonales. El adecuado manejo de esos cinco elementos nos puede permitir obtener resultados positivos en todos los ámbitos de la vida.
A los que hemos considerado la importancia y el manejo de los distintos elementos de la inteligencia emocional nos llena de satisfacción la decisión que se tomó en Inglaterra de establecer como materias de primaria y secundaria la inteligencia emocional, entre otros aspectos, como un elemento fundamental para frenar la violencia estudiantil.
Puede ser un elemento que ayude a solucionar la problemática de violencia estudiantil que se ha venido presentando en Costa Rica y de agresión a maestros y profesores.
Lo cual debe complementarse con una amplia educación en valores como integridad, respecto a los demás, prudencia y tolerancia y la generosidad.
Recientemente Daniel Goleman considera dentro de la teoría organizacional el término “competencia emocional” que se refiere al manejo adecuado de las emociones en el sitio de trabajo, fomentando un “clima emocional” adecuado para un desempeño exitoso.
En el mundo laboral se acepta que la productividad depende de una fuerza de trabajo que sea emocionalmente competente.
El término “competencia emocional” es un derivado de la teoría desarrollada por los científicos y psicólogos norteamericanos Peter Salovey de la Universidad de Harvard y John Mayer de la Universidad de New Hampshire citados anteriormente, denominada “inteligencia emocional”, que describe las cualidades emocionales que según sus apreciaciones, tienen importancia para alcanzar el éxito, entre las cuales se encuentran la empatía, la expresión y comprensión de los sentimientos, el control de nuestro genio, la independencia, y el respeto.
Es importante este pensamiento sobre la inteligencia emocional de Anthony Robbins: “Quien domina sus emociones controla su vida, puede ejercer influencia positiva en el desarrollo de sus relaciones, de sus proyectos e incluso de tener libertad real en su vida”. La inteligencia emocional es importante porque es la habilidad de reconocer, regular y comprender sus emociones, y de los demás.
La inteligencia emocional le ayuda a conectarse con otras personas, forjar relaciones con empatía, realizar una comunicación efectiva, resolver conflictos y expresar sus sentimientos. Una persona con inteligencia emocional desarrollada ayuda a crear un mejor ambiente en el equipo y propicia que se mejore la productividad de la empresa.
*Consultor