El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reporta a la fecha un total de 23 homicidios a nivel nacional en lo que va del año, en donde 7 de las víctimas han sido mujeres, siendo en esta semana donde mas casos se han registrado contra ellas.
La última muerte se registró en San Juan de Dios de Desamparados cuando dos sicarios acribillaron a una mujer de 34 años de edad cuando conducía su vehículo por barrio Novedades.
Según el experto en criminología y ex jefe del OIJ, Gerardo Castaing, uno de los factores que pueden provocar que una muchacha decida poner su vida en riesgo al involucrarse en bandas criminales, es por un fenómeno en donde ellas sienten una atracción patológica por traficantes.
“Las mujeres que tratan de cobrar cierto prestigio social y cierta notoriedad andando con este tipo de sujetos. El hecho que anden con ellos y de alguna manera los dominen en cierto aspecto, hacen que se sientan es un estado social superior cuando la gente las ve”, explicó.
La mayoría de estas muertes se deben a ajustes de cuenta por temas relacionados con drogas.
“Atreves del tiempo ha habido una evolución de la criminalidad en Costa Rica, influenciado por los patrones de comportamientos criminales de otros países ayudado por la globalización, la cual no es solo industrial y comercial, si no que es criminal también.
Esa evolución ha hecho que muchas mujeres se involucren en el narcotráfico y fácilmente pueden ser víctimas de miembros de otras bandas que buscan eliminarlas; no son víctimas colaterales”, manifestó. La edad en que las jóvenes están integrándose en agrupaciones ilícitas son entre los 17 y los 24 años de edad.
“Hay mujeres que se unen a estos sujetos para obtener una especie de importancia a nivel social y ahí si las puede llevar a ser víctimas colaterales de asesinatos y esto es sumamente grave porque conforme crece la sociedad, la delincuencia se hace más grande y la policía sigue igual o disminuye”, agregó.
El experto asegura que los homicidas también podrían tomar venganza contra sus rivales al hacerle daño a sus parejas, poniéndolas en riesgo
“Hay que tomar en cuenta el aspecto económico porque hay mujeres que son ambiciosas y saben que un tipo involucrado en narcotráfico o lavado de capitales, va a tener acceso a una serie de ventajas que no tienen otras personas como buen vehículo, casa o cuestiones corporales como operaciones que no van a obtener haciendo un trabajo normal”, explicó Castaing.
Violencia
En el Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) consideran que lo que sucede es un problema de índole social.
“No podemos de indignarnos y sentir esa sensación de que debemos seguir trabajando permanentemente para erradicar la violencia de nuestras comunidades. Realmente ser violento es una decisión y seguiremos trabajando de las manos de las instituciones y de todo el sistema nacional para prevenir y atender los casos de violencia”, manifestó Cindy Quesada, ministra de la Condición de la Mujer.