Luis “Pipo” Castañeda, alcalde de Liberia, denunció al sujeto que lo agredió cuando esperaba a su esposa mientras compraban hamburguesas luego de salir de misa.
“Me presenté a los Tribunales de Liberia con mi defensor para interponer la denuncia por esta situación, pido disculpas a mi pueblo por lo que pasó, pero no puedo permitir cómo me atacaron y la forma en que me atacaron, como alcalde he defendido los proyectos que se están haciendo, debo manifestar que en esta situación que pasó tengo pena, tengo vergüenza, sobre todo por mi esposa que ella vio cómo me atacaron”, relató el alcalde.
Pipo dijo que puso todo en manos de Dios y del licenciado que lo asesora, pues tienen la intención de demostrar las situaciones que han ocurrido en la Ciudad Blanca.
“Decirle a mi pueblo que Pipo Castañeda defiende al pueblo, hemos invertido mucha plata y debo aclarar que esta situación que se dio con los patineteros, ellos tienen dos áreas de skatepark, una en el Parque Ecológico de Liberia y otro en el Área de Fiestas en el barrio Los Ángeles”, indicó.
Añadió que en el parque han invertido muchos recursos, los cuales se han desperdiciado pues las personas que suelen andar en patineta o bicicleta destruyeron los asientos, las gradas de la iglesia, el quiosco y la gobernación.
“Da lástima la inversión que ha hecho este gobierno local para rescatar los espacios públicos para que las familias disfruten y que se den estos daños”, insistió.
POLICÍA AUSENTE
El vecino liberiano Mario Peralta coincidió con el alcalde en el sentido de que la Fuerza Pública brilla por su ausencia en el parque, pese a que están cometiendo muchos actos de vandalismo y criminalidad en los alrededores.
“Aquí en el parque no se ve nadie de la Fuerza Pública, andan en parejas y por lo menos dos policías deberían estar permanentes, me he dado cuenta que aquí asaltan gente a cualquier hora, un día asaltaron a un chavalo como a las 10 de la mañana”, recordó.
Agregó que la mayoría de los espacios para sentarse conocidos como poyos son acaparados por los indigentes, quienes suelen quedarse en esos puntos para tomar licor, lo cual vuelve el ambiente complicado y lleno de inseguridad.
“Debería haber un par de policías rondando aquí, de día cuesta que venga la gente”, manifestó.
Estas situaciones de vandalismo y criminalidad han alejado a las familias liberianas del parque, pese a que se reparó pensando en la posibilidad de que pudieran disfrutar con sus hijos.