Costa Rica puede jactarse de seguir teniendo una democracia sólida, mediante la cual sus habitantes pueden elegir a su Presidente de manera libre, sin temor a morir o ser detenidos en el intento, solo por apoyar a algún candidato en particular.
Sin duda el país vivió una fiesta democrática con un poco menos de ambiente que en la primera ronda, pero de todos modos muchos costarricenses se tiraron a las calles con banderas y distintivos de sus partidos para identificar su preferencia.
Resulta curioso que en algunos centros de votación hubo pocas personas con camisetas de alguna de las agrupaciones, quizá eso se debió a los constantes ataques que se daban en las redes sociales cuando a alguien se le ocurría publicar que iba con Figueres o con Chaves.
Pero este ambiente no solo se vivió en Costa Rica sino en cada uno de los rincones del planeta donde hay ticos, pues hubo afluencia en los centros de votación ubicados en diferentes consulados y embajadas del mundo.
Una vez cumplido el sagrado deber como ciudadanos, independientemente del resultado, solo queda unirnos porque entre todos tenemos que sacar adelante a Costa Rica.
Independientemente de si nos agrada quien resulte ganador, no podemos evitar sentir una gran necesidad de unir fuerzas porque para nadie es un secreto que nuestro país requiere de todos nosotros para salir adelante, le urgen ideas, negociaciones y dejar de lado las banderas verdiblancas y verdiazules para cobijarnos todos con una blanca, azul y rojo, porque esa sí cubre a cada uno de los pobladores.
Al nuevo Presidente, le pedimos que trate de hacer lo mejor por la patria que le vio nacer, que antes de tomar una decisión importante la medite bien, pues en sus manos tiene el futuro de los habitantes de este pequeño territorio.
Venimos arrastrando problemas en infraestructura, economía, pobreza, gasto público y uno de los flagelos que más nos aqueja como es la delincuencia. Esto nos quita el sueño, pues ya no estamos tranquilos en ningún lado.
Problemáticas como las drogas y el narcotráfico nos golpean fuertemente, es justo y necesario que se ejecuten acciones pertinentes y pronto, porque de lo contrario seguiremos llorando la muerte de más inocentes que lastimosamente resultan víctimas por estar tanto en el lugar como en el momento equivocados.
Le pedimos que no se olvide de los más necesitados, a esos a quienes en campaña les dio besos y abrazos para pedirles el voto, a los que les prometió trabajo, vivienda digna y hasta sacarlos de la pobreza.
Esperemos que todo lo que indicó que realizaría durante la campaña no se quede en eso, solo promesas que no pasan del papel, porque los costarricenses ya no dan para más, hay miles que en algunos días no tienen ni qué comer, pueden trabajar solo de vez en cuando y algunos no saben lo que significa hallar una oportunidad laboral desde hace meses.
Ojalá los besos y abrazos que repartieron los representantes del gobierno electo en las provincias costeras se traduzcan en oportunidades, ofertas de empleo, vivienda digna y soluciones para todas las problemáticas que aquejan dichas regiones, las cuales muchas veces orillan a tomar oportunidades poco lícitas y que luego llevan a más de uno hasta la tumba.
Durante los últimos meses los candidatos pusieron mucha atención a lo que dicen los análisis sobre la situación del país, esperamos que ahora siga así el que llega a gobernar.
Como dice el dicho, si es bueno para el ganso, es bueno para la gansa; entonces si en campaña estos estudios tuvieron validez, que la mantengan cuando les corresponda administrar el país.
Ojalá las redes sociales dejen de ser campos de batalla donde entre amigos y conocidos se atacaron por no compartir los mismos pensamientos, cada uno de nosotros debe ser respetuoso de la decisión que tomó la mayoría y conservar la esperanza de que el nuevo Presidente y su grupo de trabajo lo hará de la mejor manera posible.
¡Viva Costa Rica, viva la democracia! Este 3 de abril, una vez más, fuimos ejemplo para muchas naciones del mundo, donde las personas no pueden ejercer su voto libremente, ni identificarse con uno u otro candidato sin ser perseguidas o atacadas.