El tratamiento de las aguas residuales no son un punto fuerte para Costa Rica, más bien se han convertido en un talón de Aquiles a nivel ambiental, el cual hace que a pesar de los esfuerzos el país no avance en este campo.
El último informe del Estado de la Nación había desnudado las carencias en este aspecto, pero el Índice de Desempeño Ambiental (EPI) de la Universidad de Yale hizo que el país pasara del puesto 5 en 2012 al 54 en 2014.
El 19 Informe Estado de la Nación reveló que durante 2012 en Tiquicia solo un 3,6% de las aguas residuales recibió un tratamiento adecuado.
Además recalcó que de los 5.028 generadores de agua residual del país, solo el 30% presentó los reportes de operación que exige la normativa.
“Costa Rica presta poca atención al problema de la descarga de aguas residuales a los cuerpos hídricos. Lo que la población devuelve luego de aprovechar el agua es un volumen significativo de contaminantes que se descargan directamente en los ríos”, explica el informe.
Para René Castro, ministro de Ambiente y Energía, la caída en el EPI se debe a que el país se ha centrado más en las prácticas verdes y no tanto en el tema de saneamiento ambiental, pilar en el que se ha comenzado a trabajar, pero hay un rezago respecto a otros países desarrollados.
“Se redefinieron los índices, son importantes los pilares que se agregaron, pero en esos indicadores Costa Rica viene rezagada en varias décadas. Ahora esto es un reto para el país en vista de un cambio importante y útil para el país”, declaró Castro.
PLANTA PARA 2015
Como parte de las iniciativas del gobierno para tener mejores condiciones en el tratamiento de las aguas residuales está la planta Los Tajos, en la Uruca, la cual comenzará operaciones en 2015.
La idea es que trate toda el agua de 11 cantones de la Gran Área Metropolitana para evitar que lleguen a los ríos tal como fueron expulsadas de los hogares.
LLAMADO DE ATENCIÓN
Para varios expertos ambientales la caída en el EPI es un llamado de atención para incluir temas ambientales a nivel social que generen un balance y un mejor panorama en Costa Rica.
Bernardo Aguilar, director ejecutivo de la Fundación Neotrópica, comentó que el índice apunta a la necesidad de tener una perspectiva integral del ambiente que incluya también el ambientalismo social.
“No solo se trata de que Costa Rica puntúe bien en los indicadores enfocados en conservación de la biodiversidad y en la cantidad de áreas protegidas o cobertura forestal, hay que integrar al ser humano y el ambiente más allá de las áreas protegidas, sino también en las zonas en que vivimos y producimos”, acotó.
Para Nicolás Boeglin, aliado de la organización Costa Rica Limpia, el descenso responde a un “doble discurso” que ha prevalecido en los últimos años.
“Hay un \’discurso verde\’ hacia el exterior que no guarda mayor relación con las políticas que se gestan en torno al ambiente en la práctica”, afirmó.