Más de 15 años de análisis del agua que se consume en el país y 18.000 pruebas realizadas muestran que el líquido de cada región tiene rastros particulares de contaminación, como bacterias en algunas zonas, exceso de minerales en otras y pesticidas en las restantes.
Los estudios llevados a cabo por la empresa WaterLab revelaron que, por ejemplo, el recurso hídrico que consumen en Cartago cuenta con trazas de pesticidas y fungicidas.
El lunes pasado el Ministerio de Salud y el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) informaron que cuatro fuentes de agua del norte de dicha provincia están contaminadas con degradados de clorotalonil, prohibido en el territorio nacional desde el año pasado.
Las pruebas señalan que en los otros sectores de la Gran Área Metropolitana (GAM) se da una mayor incidencia de problemas microbiológicos y niveles irregulares de acidez (pH).
En el caso de Guanacaste, el agua para el consumo humano muestra niveles elevados de calcio, magnesio y manganeso, así como manchas de hierro y presencia peligrosa de arsénico.
Mientras que en el Pacífico Central y Sur resulta común encontrar pozos que no son tratados de forma debida para el consumo de las personas, también se registra variedad de sólidos disueltos y existencia de metales.
Finalmente, en la región Caribe destaca la presencia de sulfuro de hidrógeno lo que genera desde incrustaciones y manchas hasta olores desagradables que no permiten el uso y consumo habitual de este líquido.
Según explica Carlos Chávez, ingeniero del equipo del laboratorio que efectuó las pruebas, al recorrer largos tramos de tuberías y diferentes etapas de tratamiento el agua se expone a “posibles errores operativos o problemas de mantenimiento”.