El mundo está en deuda con la población afrodescendiente y Costa Rica no es la excepción.
Así lo destaca un informe del Banco Mundial dado a conocer ayer y que pretende generar iniciativas que hagan la diferencia.
Del documento se deprende que, en nuestro país, los afrodescendientes se enfrentan más comúnmente a situaciones de pobreza. Se estima que en Costa Rica solo un 11% tiene acceso a una computadora. Además, presentan alrededor del doble de probabilidad de vivir en barrios pobres o favelas.
Utilizando una versión simplificada de la definición de ONU-Hábitat de un barrio pobre o favela, se dice que está determinada por la ausencia de al menos un servicio público (agua, electricidad o saneamiento) y la presencia de pisos de tierra en el hogar, como un indicador de materiales de construcción precarios.
“Los datos censales muestran que, en la mayoría de los países incluidos en este reporte, la proporción de afrodescendientes que viven en barrios pobres
o favelas es considerablemente mayor que la de blancos o mestizos, casi el doble en países como Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay. En Nicaragua, alrededor de 93% de los hogares afrodescendientes vive en condiciones de un barrio pobre o favela”, señala el estudio.
Según el Banco Mundial, hay una segregación geográfica que responde a procesos históricos de aislamiento y abandono, pero contribuye a perpetuar formas contemporáneas de exclusión social.
La situación varía enormemente dependiendo del servicio y entre países, así como al interior de ellos. Estas diferencias, no obstante, no pueden atribuirse a priori a la discriminación racial, concluye el organismo.
Del estudio se desprende que Brasil y Cuba incorporaron la cultura africana como un elemento central de su identidad mixta, mientras que Colombia, México y Perú enfatizaron el legado de sus ancestros indígenas.
A diferencia de ellos, países como Argentina, Costa Rica, Panamá y Uruguay no adoptaron el mestizaje como proyecto nacional.
Se estima que uno de cada cuatro latinoamericanos se identifica como afrodescendientes, lo cual equivale a unos 133 millones de personas.
En América Latina, Venezuela tiene la proporción más grande de afrodescendientes (55%), seguido de Brasil (51%). En Costa Rica representan un 8% de la población.
Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, dijo durante la presentación del estudio que afrontar las causas de la discriminación estructural es fundamental para combatir la injusticia y crear oportunidades para todos.
Entretanto, Epsy Campbell, vicepresidenta y canciller de Costa Rica, manifestó que este informe es un paso importante hacia una mejor comprensión de la situación en la que viven los afrodescendientes.
“Ayuda a impulsar su inclusión social y mejorar su situación económica en América Latina”, dijo al tiempo que señaló urgen acciones a favor de las mujeres jefas de hogar.