Doña Mary, doña Tere y doña Tina (todos nombres ficticios para proteger sus identidades), forman parte de la población de adultos mayores expuesta a situaciones de agresión psicológica en centros diurnos.
Solo en el último año se presentaron 988 denuncias por agresión psicológica en contra de personas adultas mayores en el país, según datos de la Unidad de Acceso a la Justicia del Poder Judicial.
Uno de estos casos pudo ocurrir en Moravia, en una institución financiada con fondos públicos aportados por la Municipalidad y el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam).
La semana anterior el Concejo Municipal solicitó a la junta administradora de esa institución destituir a la coordinadora del centro, luego de una investigación realizada por una comisión desde mitad de febrero anterior, a raíz de una serie de denuncias de agresiones en contra de los beneficiarios del lugar.
Tal como publicó este medio en la edición del viernes anterior, la mayoría de las agresiones que presuntamente se cometen en el lugar son de carácter psicológico, con referencias a gritos, discriminaciones en el trato y humillaciones públicas.
Así lo comentó doña Tina a DIARIO EXTRA. Con 96 años, desde hace meses no cuenta con el apoyo de los profesionales del centro, ni de los amigos que hizo durante años de visita al lugar, por lo que ahora debe restringirse a la casa en la que vive sola.
Cuenta que se vio obligada a no volver luego de que coordinadora de la institución la regañara frente a sus compañeros por supuestamente “enriquecerse” en el centro, a pesar de que ella solo hacía favores a sus amistades que necesitaban de ella.
Su “crimen” fue notar que varios de los beneficiarios del lugar no contaban con paraguas en la temporada lluviosa y con sus ahorros, comprar varios que dio fiados a sus compañeros. Ello le costó un gritada en el centro y diferentes acusaciones.
Por eso, y luego de que la culparan de no pagar la mensualidad, decidió no regresar, a pesar de que se según dice doña Tina, siempre cancelaba en la mano de la administradora, pero nunca le dieron recibos y después le reclamaban.
“Tengo cuatro meses de no poder dormir, siento que en cualquier momento van a entrar a la casa y quién sabe qué me harán”, contó entre lágrimas al Periódico del Pueblo.
¢15.000 QUE DUELEN
Aunque para muchos una mensualidad de ¢15.000 parezca insignificante, para varias de las personas adultas mayores beneficiarias del centro se trata de un gran sacrificio.
Este es el caso de doña Tere, de 86 años, quien recibe una pensión de ¢82.000 del régimen no contributivo, de donde tiene que sacar para pagar los servicios públicos de su vivienda, los impuestos municipales y un poco de comida.
Acude al centro, entre otras razones, por el almuerzo que le dan ahí, pero relata que cada vez es más difícil, pues el año pasado lo que les cobraban de mensualidad era el 10% de la pensión, es decir ¢8.200, pero al aumentar casi al doble este año fue un golpe duro, que todavía lucha por solventar mes a mes.
Según cuenta doña Tere, su situación económica es conocida en el centro, pero eso no ha impedido que le cobren más, ni que reciba humillaciones por no contar con recursos.
La peor de todas, dice, fue cuando decidieron hacer una actividad en la que comerían hamburguesas durante la transmisión de un partido de la Selección Nacional de fútbol, para la cual deberían pagar ¢2.000 y les consultaron si estaban de acuerdo.
“Todos levantaron la mano, menos yo. Al darse cuenta la directora, me preguntó frente a todos por qué no estaba de acuerdo y tuve que decir que porque no tenía plata”, narró.
Pero la historia no terminó ahí, tal y como describió a este medio doña Tere, pues días después una compañera le regaló los ¢2.000, pero, al darse cuenta la coordinadora del lugar, le externó que de dónde había sacado el dinero.
“Me gritó frente a todos y cuando le dije que me lo habían regalado, me dijo que a mí lo que me gustaba era ir dando lástima y hacerme la víctima”, detalló.
LOS SUSPENDÍAN
Doña Mary, de 70 años, cuenta que parte de las acciones discriminatorias que realizan en dicho espacio es que suspenden a los beneficiarios, es decir, les impiden llegar por un periodo determinado de tiempo, el cual es decidido de forma discrecional por la directora de la institución.
“A Tulio (también nombre ficticio), lo humilló lo que ella quiso, lo degradó, lo mandó una semana para la casa y ella no se dio cuenta si él tenía qué comer o no, porque a ella la junta le dio un poder increíble”, comentó doña Mary.
Relata que Tulio era de quienes más sufrían, pues a él se le mantuvo el horario diferenciado que se aplicó en el centro durante la pandemia, el cual era solo de la mitad de la jornada, por lo que debía abandonar el lugar al mediodía, mientras que el resto de sus compañeros permanecían hasta las 3 p.m.
Para ella, esos castigos no tenían razón de ser “y menos a adultos mayores, que es con sus derechos con lo que se mete”. Pero, según afirma, la directora los aplicaba a quien tenía entre ojos.
COMISIÓN INVESTIGADORA
El Periódico de Más Venta en Costa Rica conversó con el regidor Giancarlo Casasola, quien presidió la comisión investigadora de los supuestos abusos cometidos en el centro diurno, a partir de lo cual rindieron un informe de más de 300 páginas al Concejo Municipal donde pedían la destitución inmediata de la coordinadora del lugar.
El concejal explicó que durante los casi dos meses que duró la pesquisa, entrevistaron tanto a adultos mayores como a personal profesional de la institución, y a través de los testimonios pudieron conformar una serie de denuncias planteadas.
Entre los principales hallazgos está, según dijo, que la directora del centro no cuenta con estudios superiores que la acrediten para dirigir una institución dedicada a la atención de adultos mayores, ni para dirigir personal profesional como el del centro, dentro del que se encuentran psicólogos y fisioterapeutas, ente otros.
Casasola comentó a este medio también que, en apariencia, varios familiares de la coordinadora del lugar se habían beneficiado de una u otra forma de su posición, utilizando las instalaciones para fiestas ajenas a la entidad, vendiendo productos en el lugar o brindando servicios de transporte informal.
Este medio se comunicó con el presidente de la junta directiva de la asociación que administra el centro, para consultarle sobre el informe, sin embargo, no quiso responder a las preguntas y solo respondió: “Yo les iba a pedir un derecho de respuesta, porque lo que publicaron es un montón de falsedades”.
Dijo, además, que se presentaría en las instalaciones de DIARIO EXTRA este lunes, no obstante, al cierre de edición no llegó a las oficinas del Periódico del Pueblo.
El Concejo Municipal de Moravia indicó que elevarán este caso ante el Ministerio Público.
CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACIÓN
•Personal administrativo puso a adultos mayores a firmar una carta sin información, contra su voluntad y eso les generó miedo y preocupación colectiva.
•Denuncia e informes de investigación de la Fiscalía del centro evidencian tratos contrarios a la dignidad de las personas adultas mayores.
•Situaciones de relevancia denunciadas pueden afectar a los adultos mayores emocional y psicológicamente.
•Posible conflicto de interés en la integración de la junta directiva.
•Eventuales aceptaciones de donaciones se hacen sin cumplir lo establecido en la normativa.
•Relaciones de parentesco de la coordinadora del centro diurno con beneficiarios.
•Coordinadora se habría eventualmente beneficiado con alimentación del centro diurno.
•Otros familiares de la coordinadora se benefician presuntamente del centro.
•Uso indebido de las instalaciones del centro.
•Ausencia de cámaras de videovigilancia, en incumplimiento del convenio.
•Debilidades sobre el uso de la caja chica.
•Sobre los atestados de la coordinadora del centro para asumir las funciones asignadas en el alto cargo.
•El centro no ha aumentado los cupos para adultos mayores en siete años.
•No se ha cumplido requisitos para acceder a la transferencia de recursos municipales.
•Informes de la auditoría interna revelan serias debilidades en materia presupuestaria y contable.
VOCES DE LAS ADULTAS MAYORES
Doña Mary
70 años
“No teníamos voz, no teníamos voto, lo que nosotros decíamos a ella poco le importaba, nunca le interesó si nosotros estábamos en el baño llorando porque nos había tratado mal”.
Doña Tina
96 años
“Tengo cuatro meses que no puedo dormir porque no tengo a nadie que me ayude y me da mucho miedo. Desde que salí del centro, paso todo el día sola y sin nada que hacer”.
Doña Tere
86 años
“Esta señora me ha humillado nada más porque soy una persona sin recursos, y eso siempre lo ha hecho, siempre me ha andado debajo del zapato, gritándome frente a todos”.