La finalización de labores de los perros en la Unidad Canina del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) provoca que muchas personas se interesen en ellos para solicitarlos a las autoridades judiciales, en búsqueda de brindarles un nuevo hogar donde puedan jubilarse y establecerse durante sus últimos años de vida.
Sin embargo, los encargados de la Unidad confirmaron que durante la existencia formal de este equipo especial han tenido cuatro lamentables incidentes donde las personas que solicitaron hacerse cargo de los caninos terminaron dejándolos abandonados.
Alejandro Castillo, jefe de la Unidad Canina, indicó que estos casos han pasado particularmente cuando los animales han sido entregados a personas fuera del OIJ.
Además, recalcó que estos perros, por su naturaleza, eran animales hiperactivos y de trabajo, y que al estar ociosos en una casa de habitación pueden producir daños materiales.
“Entonces la gente no los aguantaba y los tiraban a las calles, de las cuatro veces que ocurrieron, en tres tuve que ir a recoger los perros de la calle, uno de estos lo dejó en la Zona Sur, en la Interamericana, costó mucho dar con él y andaba deambulando por esa zona”, explicó Castillo.
En este caso particular, el jefe de la Unidad acotó que, tras rescatar al animal de las calles, pudieron hacer un nuevo análisis de personas interesadas en adoptarlo y le pudieron encontrar un hogar para retirarse.
“Son perros que han dado mucho por el país, han trabajado bastante, y ¿qué pasa? No es justo que se les vaya a abandonar de esa forma”, agregó Castillo.
ADOPCIÓN
Las personas que reciben un can en adopción deben firmar un contrato con las autoridades judiciales con el objetivo de que se brinde un seguimiento posterior a las condiciones en que vive y se adapta el animal, para garantizar que se encuentra en un lugar adecuado, por lo cual, en caso de este tipo de abandonos, puede abrirse un proceso administrativo.
Lo importante es que un perro dado en adopción de la Unidad Canina no sea una carga para las personas ni una familia, sino que forme un vínculo muy fuerte, como un perro mascota de un hogar.
Uno de los casos más particulares de estos caninos de la Unidad que no ha podido ser ubicado en un hogar para su retiro es Remy, un perro de 9 años que, tras múltiples intentos de conseguirle casa, ha resultado infructuoso debido a las características del animal.
Remy fue jubilado a los siete años, es decir que por más de dos años ha estado a la espera de encontrar un hogar para su retiro.
“Aún no hemos encontrado una familia idónea para él. Es un perro bastante noble, pero no es cariñoso, sin embargo, siempre va a proteger a cualquier guía canino de acá de cualquier persona extraña. Ha sido bastante difícil y nosotros no queremos que ninguna persona se sienta insegura, por lo que la idea es que el perro quede acá, porque él está acostumbrado a este lugar, porque se le da el cuido y el cariño”, explicó el jefe de la Unidad.
Aunque algunos de estos perros llegan desde meses, el periodo que pueden estar dentro de la Unidad es de seis o siete años, por lo que normalmente después de ese periodo los jubilan y “desentrenan” para que puedan convivir con una familia.
En este momento hay un total de 26 canes, sin embargo, algunos están en un proceso de salida, por lo cual resulta vital que las personas conozcan que el proceso de adopción es un tema serio.
“Una vez jubilado el perro le seguimos el paso, cómo están los perros, pedimos fotografías, y cuando necesitamos, vamos a las zonas en que viven y tratamos de visitar donde se encuentran”, dijo Castillo.