La jubilación es un momento de cambio, en el cual muchas personas tienen problemas para adaptarse. El principal conflicto es no saber qué hacer con el tiempo libre.
La transición de pasar de una rutina establecida, tanto el hogar como en el trabajo a variarla drásticamente llega a deprimir a los y las adultos mayores, ya que mantenerse activo es parte fundamental de la salud emocional.
La psicóloga Jennifer Rodríguez explica que es bueno proyectarse para el momento del retiro, ya que deben proponerse metas a alcanzar. Estos objetivos pueden ser a corto o largo plazo, pero ayudan a motivar.
UN PROYECTO DE VIDA
Para mantenernos motivados Rodríguez recomienda tener proyectos para después de la jubilación, un ejemplo sería organizar un viaje o incursionar en un nuevo deporte.
La depresión en la vejez se debe mayormente a la falta de metas, ya que dejamos de cumplir un papel en la sociedad a sentir que quedamos de lado.
Esa sensación de inutilidad en ocasiones es el detonante del abandono que muchos adultos mayores experimentan. Dejan de preocuparse por sí mismos y físicamente empiezan a decaer como reflejo de su estado de ánimo.
Por esta razón es importante hacer planes a futuro que mantengan la mente ocupada, y sin importar las capacidades se puede trabajar en proyectos que se acoplen al estado físico.
MANTENERSE OCUPADO
Para que los adultos mayores sigan sintiendo que cumplen un rol en en el hogar, la psicóloga recomienda dejar que estos hagan sus actividades favoritas con normalidad y sin interferencias.
Hornear, hacer manualidades, jardinería, tejer y otras actividades son muy estimulantes para el cerebro y además le dan al ciudadano de oro la sensación de que sus pasatiempos benefician a todos en casa.
Otra forma de mantenerse ocupado es unirse a grupos de baile, de bingo o de lectura. Estas clases ayudan a conocer gente y a expandir nuevos horizontes.
LA SOLEDAD ENFERMA
Sentirse solo y dejado de lado llega a enfermar físicamente y producir depresiones, ansiedad y crisis debido a que, como explica Rodríguez, “la soledad enferma”.
Según la experta, el cuerpo reacciona a un malestar interno, de modo que proyecta cómo se encuentra una persona emocionalmente.
Esta es la explicación psicológica para que en muchas ocasiones un cambio de ambiente o una visita inesperada mejore la salud de alguien y en muchos casos quite dolores.
Esta forma de somatizar el dolor interno suele ser involuntaria, por lo que dolores inexplicables pueden tener su origen en la tristeza.