El Bono Gratuito de Vivienda se creó tras un profundo análisis sobre las condiciones que enfrentan las familias más pobres del país y cuyos ingresos les hace imposible tener acceso a una vivienda digna de no ser por la solidaridad y el apoyo del Estado. El ser humano tiene necesidades básicas que deben ser cubiertas para proteger su dignidad y su seguridad, como salud, alimentación, educación, afecto y vivienda entre otras, por ello me sorprendió que se presentara ante la Asamblea Legislativa un proyecto que atenta contra el Bono Gratuito de Vivienda y la Mutuales de Ahorro y Préstamo que han apoyado a los sectores más humildes.
La vivienda representa para una familia seguridad y protección; una casa les protege de las inclemencias del tiempo lo mismo que preserva su intimidad, pero, sobre todo, una casa es el lugar donde el ser humano se asienta y forma una familia que es la base de la sociedad, así las cosas, la casa es más que una estructura es el espacio que hace posible que una sociedad se fortalezca y forme un núcleo donde se forma a las nuevas generaciones, se transmiten valores y se comparten las tradiciones.
Cuando creamos el Bono Gratuito de Vivienda a finales del año 1990, respondíamos no solo a una necesidad sentida sino a un clamor de los costarricenses que desde siempre han tenido muy claras sus prioridades: vivienda propia y una mejor educación para sus hijos.
El Bono Gratuito de Vivienda, si bien lleva el nombre de gratuito, hay que señalar que no es cierto que los beneficiarios no pagan nada. El Bono Gratuito es un subsidio que se da a las familias para ayudarles a pagar un préstamo que les otorgan los entes autorizados. El bono les permite pagar la totalidad de la cuota mensual correspondiente al crédito, que de otra forma les sería imposible cubrir. En pocas palabras la gente recibe un préstamo y un bono con los cuales poder tener acceso a una vivienda. Las mutuales determinan, mediante un estudio, la capacidad financiera de las familias para definir, en cada caso, el monto del subsidio.
En su momento se discutió sobre la conveniencia de exigir a los beneficiarios el pago del bono en caso de que su condición económica mejorara, sin embargo, se consideró que esta mejoría responde precisamente al subsidio de la colectividad, retirarlo puede significar un retroceso en su condición, un aumento de la pobreza en el país y la pérdida de la vivienda por parte de la familia.
Por lo anterior, me permito exhortar a los señores diputados a no votar este proyecto que pretende la fusión de instituciones y la eliminación del Bono Gratuito de Vivienda que ha permitido, en 32 años, el acceso a una casa digna a más de 420.000 familias.
Ha quedado demostrado que el programa funciona y que, si bien es cierto, existe la posibilidad de que se hayan cometido algunos errores otorgando el bono a personas que no lo merecían, no se justifica perjudicar a miles de personas que hoy por hoy están sumidas en la pobreza, urgidas de un techo donde sobrevivir.
Existe además una herramienta con la cual cuenta el Estado, la Ley 9137 sobre el Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado, con el que se trabaja para evitar los abusos, cabe resaltar que el sistema ha sido reconocido internacionalmente por su eficacia.
Por casi 60 años las Mutuales de Ahorro y Préstamo, creadas durante la Administración Trejos Fernández, han funcionado de forma eficiente atendiendo las necesidades económicas de la clase media y popular de Costa Rica, por lo que no comprendo qué beneficio tendrían los costarricenses, especialmente los más pobres, con su cierre. No hay razón alguna que justifique ni la eliminación del Bono Gratuito ni la desaparición de las Mutuales, ambas instancias cumplen su función a cabalidad.
El acceso a la vivienda digna es un derecho humano que ha sido conquistado por los costarricenses desde los años 40 en que se creó el primer programa de casas baratas, en la Administración Calderón Guardia; esta conquista está siendo violentada y es de esperar que el pueblo se manifieste al lado de los señores diputados y las organizaciones sociales de vivienda para evitar el retroceso y garantizar que los más pobres también puedan aspirar a tener casa propia.
*Expresidente de la República