EE.UU. (AFP) – El aborto se ha convertido en un tema ineludible en el duelo electoral entre Donald Trump y Joe Biden, dos años después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara el derecho constitucional a la interrupción del embarazo.
El 24 de junio de 2022 este tribunal, reformado durante el mandato presidencial de Trump, revocó la sentencia que garantizaba el derecho federal de los estadounidenses a abortar y dejó que cada estado legislara sobre la materia.
Ese mismo día los primeros estados prohibieron el aborto en su territorio, obligando a las clínicas a cerrar o trasladarse.
Ahora el país está dividido entre la veintena de estados que decretaron prohibiciones o restricciones, principalmente en el sur y el centro, y los costeros, que lo han consolidado o fortalecido. La decisión de la Corte Suprema tuvo fuertes repercusiones políticas: los conservadores han perdido casi todos los referendos o votaciones sobre el derecho al aborto, incluso sorprendentemente en estados como Ohio, Alabama y Kansas.
En los dos últimos años “el movimiento proaborto ha descubierto que a los estadounidenses les importa el derecho al aborto mucho más de lo que habían previsto”, afirma Mary Ziegler, profesora de Derecho de la Universidad de California.