Hace un mes el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) informó que contrataría a plantas generadoras de electricidad por medio de derivados del petróleo para suplir 150 megavatios de energía que cubran la demanda nacional.
Mientras esto ocurre, el proyecto hidroeléctrico Capulín, en el río Tárcoles, lleva cinco años paralizado porque el ICE consideró que no era necesario. Esto se pregunta José Joaquín Chacón Leandro, representante legal de Hidrotárcoles.
Capulín es un proyecto que se planteó el ICE en 2012 y pretendía agregar 50.000 kilovatios a la red eléctrica nacional. Se basaba en el modelo BOT (construir, operar y transferir, por sus siglas en inglés). Para ello se contrató a Hidrotárcoles.
Pero en 2015 el ICE decidió finiquitar el contrato, dejando en el limbo el proyecto, que contaba con financiamiento del Banco Nacional.
A partir de esa fecha, Hidrotárcoles demandó al ICE ante el Tribunal Contencioso Administrativo, pero el tiempo ha pasado y no hay una solución satisfactoria para nadie.
DIARIO EXTRA conversó con el representante legal de Hidrotárcoles sobre lo que ha pasado en estos años y el futuro del proyecto hidroeléctrico.
¿En qué estado se encuentra el proyecto hidroeléctrico Capulín?
-El proyecto de Hidrotárcoles que tiene un valor de $124 millones tiene un 50% de avance, en 48 meses podría ponerse en funcionamiento.
¿El contrato con Hidrotárcoles fue rescindido porque la empresa incumplió con los plazos de entrega? ¿Hubo atrasos en la ejecución?
– Sí hubo, pero, por ejemplo, con el proyecto Hidroeléctrico Chucas, que está a la par de Hidrotárcoles, adjudicado a Enel Ielesa, en el mismo concurso público que Hidrotárcoles, también hubo retrasos y el ICE dejó que dicho proyecto continuara hasta por dos años más. En el caso de nosotros antes de los tres años se nos indicó que se nos iba a resolver el contrato.
¿Qué hicieron ustedes en ese momento?
-Ante la negatividad total del señor Carlos Obregón, en su momento presidente ejecutivo del ICE, sin mayor explicación y de una forma arbitraria nos cerraron las puertas. No podíamos negociar, entonces procedimos a establecer un contencioso administrativo al ICE en enero de 2016. Solicitamos continuar con el proyecto, pero también estamos pidiendo daños y perjuicios porque todo lo actuado por el ICE tiene una repercusión.
¿Han buscado un arreglo?
-A mí como presidente de la empresa lo que me interesa es buscar un arreglo porque el proceso judicial garantiza dos cosas: que el proyecto no se haga y el país perdería este proyecto. Capulín fue un llamado del ICE, no es que yo fui a tocarle la puerta del ICE, ellos diseñaron todo. Siempre hemos buscado un arreglo porque en esto no solo está Hidrotárcoles, sino que también está el Banco Nacional.
¿Han tenido algún acercamiento con las nuevas autoridades del ICE?
-Desde noviembre del año pasado hemos intentado reunirnos con ellos, pero hasta la fecha no nos han aceptado ninguna. Sí le digo, el tono siempre ha sido decente en las respuestas, pero ellos muy elegantemente responden que no tienen una relación actual con la empresa, por lo que no tienen por qué reunirse, porque se resolvió el contrato. Lo que decimos es que ese contrato se resolvió de manera anómala. Además dicen que esperarán que los tribunales resuelvan.
¿Qué proponen ustedes?
-El ordenamiento jurídico permite, aun en medio del proceso judicial, establecer una conciliación. Lo que pedimos es eso, llegar a un arreglo que les sirva al ICE, al Banco Nacional y a nosotros, y de paso quitamos los litigios que tenemos, no solo nosotros, el Banco Nacional tiene un litigio en contra del ICE.
¿Qué ha pasado con las obras?
-Nada. Están paralizadas desde hace cinco años. A mí por una cláusula del fideicomiso me ha correspondido poner la vigilancia en el lugar y así lo he hecho en estos siete años.
¿Cuál es el nivel de deterioro?
-Se trata de un proyecto muy masivo. La presa se hizo toda la excavación, se chorrearon más de 100.000 metros cúbicos de concreto, es una obra para 100 años, así que está en buen estado. El túnel está excavado en una roca, hay una sección donde hay un desprendimiento, pero es una cosa normal, y en la zona de casa de máquinas están todas las paredes estabilizadas. Sí es cierto que hay un pequeño deterioro natural, pero está en buen estado.
Hablemos del momento de la resolución contractual. ¿Cuáles fueron los argumentos?
-La resolución fue un acto arbitrario. A mi proyecto ya lo habían rescindido dos años antes de cumplir el plazo de tres años. En ese momento el ICE estaba apostando por el proyecto Diquís y hubo una contracción en la demanda energética en 2016 y 2017, entonces prefirieron eliminar este proyecto. Vea este parrafito de la resolución que dice que no ocupaban la energía del proyecto Capulín, entonces me pregunto por qué sacaron el concurso entonces.