Aproximadamente el 60 % del cuerpo se compone de agua. En este sentido, beber suficiente líquido es vital porque de lo contrario se pierde energía, la piel se pone seca y comienza a experimentar efectos cada vez más serios que pueden llegar a ocasionar que el organismo deje de funcionar por completo.
Es decir, las consecuencias de no beber agua durante un largo período pueden ser graves. La deshidratación crónica, entre otros padecimientos, suele aparecer y poner en peligro la salud de la persona.
Entre las principales enfermedades por no beber agua se puede mencionar:
La piel seca y sin elasticidad, el estreñimiento, por lo que, si un individuo toma el número de vasos de agua necesario al día, su organismo le permitirá realizar una evacuación intestinal al menos tres veces por semana y no sufrirá de estreñimiento.
Uno de los síntomas es el cansancio y calambres, al no tener la cantidad de líquido necesario, las células desaceleran sus actividades y generan menos energía.
Los calambres se presentan por el desequilibrio entre las proporciones de electrolitos y minerales, generando que los músculos no funcionen correctamente.
Del mismo modo, los cartílagos que están compuestos por el 70 % de agua y requieren el líquido necesario para conservar su forma y el buen funcionamiento, también se ven afectados.
El cuerpo humano al no tener suficiente agua reduce el volumen de sangre de los vasos sanguíneos, lo que compromete el correcto funcionamiento de los órganos vitales, se libera una hormona conocida como histamina que provoca que las venas se contraigan y, por consiguiente, se eleve la presión arterial.
Enfermedades como los cálculos renales, debido a la afectación de los riñones.