De acuerdo con datos suministrados por Justicia y Paz
Casi 9 de cada 10 policías penitenciarios que custodian las cárceles del país tienen pendientes sus vacaciones profilácticas, descanso que la ley les otorga, debido al estrés y las cargas de trabajo a las que están expuestos.
De los casi 4.000 custodios, solo un 12% están al día con las vacaciones, esto según datos que el Ministerio de Justicia y Paz entregó a la Defensoría de los Habitantes, hasta setiembre de este año.
Las vacaciones profilácticas buscan descongestionar al profesional de la sobrecarga emocional que pueda afectar su vida o la de su familia y son periodos adicionales a las legales, que tienen todas las personas trabajadoras.
Solo 468 uniformados no tienen periodos pendientes, mientras que a un grupo de ocho se les adeudan seis. Cada periodo cuenta con un total de 13 días.
Susan Quirós, secretaria de la Unión Nacional de Trabajadores y Trabajadoras (UNT), recordó que estos cuerpos policiales tienen particularidades que los diferencian de otros oficios y profesiones.
Las jornadas de trabajo son excepcionales, eso quiere decir que tienen una jornada máxima de 12 horas y muchas veces esa jornada máxima se supera explicó.
Reclamo
Además de la situación de la cantidad de periodos pendientes, el sindicato reclama que cuando los policías penitenciarios dejan esa labor, ya sea por jubilación, despido o renuncia, no se les pagan las vacaciones que quedaron pendientes.
“Se acogen a un artículo del reglamento autónomo que dice que las vacaciones profilácticas no pueden ser acumuladas ni remuneradas, entonces se acogen a ese artículo para no pagar los periodos de vacaciones pendientes, que no disfrutó por responsabilidad de la administración”, denunció Quirós.
Lo anterior porque el Reglamento Autónomo de Servicio del Ministerio de Justicia y Paz establece que las vacaciones profilácticas no se acumulan ni se remuneran.
Para Gabriela Mora, psicóloga forense, los policías penitenciarios están expuestos física y emocionalmente a una presión por la constante vigilancia.
“Ellos viven bajo un estrés diario, pasan 7 días y 24 horas activos. Estar en una cárcel es muy difícil, hay conflictos y situaciones que generan un estrés enorme”, explicó.
A nivel laboral también es importante realizar un análisis integral de los efectos negativos que puede tener el no contar con espacios para liberar la presión laboral.
“Lo que hay que desarrollar es un proceso conducido por profesionales, en donde le garanticen a esa persona que sacarla del puesto de trabajo va a impactar esa condición o factores de riesgo que pueden afectar su salud”, explicó Freddy Brenes, de la Oficina de Salud de Bienestar y Salud de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Sumado al pendiente de las vacaciones adeudadas a los oficiales penitenciarios, la UNT reclama con 2.383 denuncias el pago de horas extra pendientes de pago.
Por este motivo el sindicato les solicita a diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios destinar recursos a un presupuesto extraordinario para el Ministerio de Justicia y Paz que permita cancelar estas deudas.
Diario Extra consultó a las autoridades de esa cartera sobre los reclamos de los funcionarios, quienes dijeron que recibieron un “grupo importante” de estos reclamos al inicio de este gobierno y analizan cada caso específico.
Frente a este panorama decidieron implementar la aplicación de roles de trabajo con el fin de cumplir horarios laborales conforme a sus contratos.
Susan Quirós
Secretaria general de UNT
“El tema de las vacaciones juega un papel preponderante porque lo que se busca es reducir las enfermedades y que la gente esté bien física y mentalmente”.
Gabriela Mora
Psicóloga forense
“La idea es que en ese tiempo ellos vayan a su casa, descansen, especialmente por la parte emocional, ya que el estrés genera un montón de enfermedades”.
Freddy Brenes
Oficina de Salud de Bienestar y Salud UCR
“Lo que hay que desarrollar es un proceso conducido por profesionales, en donde le garanticen que sacarla del puesto de trabajo va a impactar esa condición”