El costarricense se ha caracterizado por tener un humor contagiante, el cual toma de la cotidianeidad o de eventos políticos que los medios de comunicación publican día a día.
De esa manera es que nace La Purruja en la década de los años 60, cuando la Prensa Libre era uno de los periódicos que marcaba la agenda nacional y un importante formador de opinión. Es así como también este pintoresco personaje, detrás de la mente de creativos como Francisco Chavarría (Paquito), lograron formar parte de este juego mediático que tanto gusta a los lectores.
Este nombre no siempre tuvo este espacio, en sus inicios logró atrapar a sus lectores en la sección de sociales con “Divúlguelo”. Aquí algunas personas enviaban sus críticas para publicarlas, estas eran dibujos relacionados con la vida cotidiana de los viciosos. Cabe destacar que una de las pioneras en firmar estos primeros artículos fue Ángela Acuña, aunque lo más frecuente era que se hiciera anónimamente.
SIGUIÓ SU EVOLUCIÓN
Cerca de la segunda mitad de la década de los 70 fue creada La Piapia, era otro segmento de humor crítico en la Prensa Libre, cuyos editores fueron Alberto Cañas, Álvaro Fernández y Roberto Fernández.
De esta manera fue evolucionando, hasta que en los años 80 se publica la primera edición de La Purruja, en cuya elaboración participaron varios editores como Miguel Agüero. Luego en 1987 pasó a manos de Jorge Chavarría, conocido como “ KoKín”. Para ese entonces la edición era en blanco y negro, pero con los años se le comenzó a dar color.
Fue en este proceso de transición que llega al Decano de la Prensa, querido compañero y amigo, quien ahora descansa en los brazos del Señor. A Paquito lo seguiremos recordando por la picardía que plasmaba en sus críticas, en donde había purrujas para todos: diputados, sindicatos, taxistas, médicos, empleados del sector público y privado.