Unas 5.000 familias dependen de la siembra de frijol en Costa Rica y piden al gobierno que las dejen trabajar. Así lo externaron en la Comisión de Asuntos Agropecuarios a los diputados oficialistas.
Luis Román Chacón, de la Asociación Nacional de Frijoleros, manifestó que no se logra entender qué acciones toma el país para garantizar la seguridad alimentaria.
Considera que hoy el sector agrícola tiene una camisa de fuerza cuando lo único que esperan es que los “dejen producir”.
“Hoy es más caro sembrar una hectárea de frijol. El precio se disparó en la compra de semilla e insumos. Tenemos un conflicto y es ¿de dónde tomamos el dinero?”, expresó.
Otra de las preocupaciones es que no comprenden cómo se importan productos agrícolas hechos a base de nuevas moléculas, pero no permiten utilizarlos en Costa Rica.
“Aquí hay tierra, ganas de trabajar, gente y lo único que necesitamos es apoyo. Tenemos el principal activo para producir. ¿Cómo teniendo de 5 a 10 hectáreas de tierra nos califican como pobres?”, enfatizó.
Hay otro tema técnico que pasa por la transferencia de tecnología. “Hay un tema que algunos no logran entender y es que el suelo es un ser vivo. La agricultura no es un negocio, es un trabajo para tener una vida digna. Denos una mano, ustedes tienen potestades legislativas”, añadió.
¿ESTRATEGIA DE DESESTÍMULO?
Aseguró que hoy al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) se le asigna menos de un 1% de presupuesto en relación con el monto total, por eso se preguntan si hay una estrategia para desestimular a los agricultores.
“Hay 280.000 agricultores en el país, ¿cuántos importadores son? Y existen 1 millón de personas que dependen de la agricultura. Los importadores vienen y hacen su agosto trayendo comida que aquí se puede producir. Lo que pasa es que estamos en desventaja porque somos compradores de materia prima”, afirmó.
Por su parte, Freddy Morera, fiscal de la Asociación Nacional de Frijoleros, dijo que es necesario tener mayor visibilidad del agro a nivel político e institucional.
Mencionó zonas como Upala, Los Chiles y Región Brunca, donde tienen representación.
Lamentó que en las familias los jóvenes ya no quieran dedicarse a la agricultura porque consideran que bajo las condiciones actuales “no es vida para nadie”.
En relación con la Alianza Pacífico manifestó que “viendo el payaso y soltando la risa” al hacer referencia que primero el sector agro debe recibir las condiciones necesarias antes de adherirse al acuerdo comercial.