La actividad delictiva llegó hasta las plataformas privadas de viajes y generó temor y desconfianza en sus conductores, que día con día montan en sus vehículos personas desconocidas.
Las autoridades judiciales estarían tras los pasos de la menos cuatro personas que estarían vinculados con cuatro homicidios y una tentativa de homicidio con personas trabajadoras de diferentes plataformas.
Hasta el mes de abril, seis individuos que trabajaban con este tipo de aplicaciones fallecieron. El primero, un hombre de apellidos Guevara Méndez, murió el 13 de enero en Montes de Oca, San José.
El segundo fue José Ángel Rodríguez, en Montes de Oca igualmente, y el tercero el 15 de marzo en San Pablo de Heredia, un hombre identificado como Mora.
El cuarto fue Eddie Salmerón, en San Jerónimo de Moravia, el 26 de marzo; el 1º de abril en San Rafael de Heredia la víctima fue un hombre de apellido Castro y el más reciente fue un hombre llamado Pedro Martínez Vargas el 8 de abril en San Luis de Heredia. El actuar del hampa llevó a los chóferes a generar sus propias normas de seguridad, pues como ellos mismos manifiestan, las plataformas no les dan ninguna herramienta para trabajar seguros, más que llamar a la línea 9-1-1.
TESTIMONIO
DIARIO EXTRA habló con una conductora de estas aplicaciones, quién contó su testimonio y expresó que sigue haciendo este trabajo por necesidad, más que por querer realizarlo.
“Un sábado 14 de enero Dios me dejó vivir. Se me montó un muchacho al carro, cuando él se monta, voy a cerrar los seguros y se me montan 2 muchachos más atrás, venían drogados, borrachos, me dijeron que tenían 3 días de andar de fiesta.
Era un viaje de ¢780 colones, era un viaje supercerca, por la Coca Cola, me dicen que cuando llegamos ahí yo tengo que cancelar el viaje, entonces yo les digo ¿Cancelo el viaje? Y me dicen que sí, que tengo que cancelarlo.
Entonces yo sentí esa vibra… y les dije que no, que yo no hacía viajes por fuera, pero me dijeron ‘no le estamos preguntando, usted nos va a hacer el viaje o nos va a hacer el viaje’.
Yo lo que dije fue, hasta aquí me la prestó Dios. Cuando llegamos al punto me tiraron ¢10 mil y me dijeron que teníamos que ir a las Alemanias en Purral y me decían ¿Usted conoce las Alemanias? Y, deay, yo les decía que sí para no dejarme intimidar.
Entonces yo les hago el viaje y de camino me llevaban en un interrogatorio, me decía ‘Qué carro más lindo. ¿Este carro es suyo? Uy que muchacha más linda’ y así, todo era un juego psicológico, yo tenía que pensar todo lo que debía responder, concentrada en la calle y lo que iba a responder.
Cuando llegamos a las Alemanias, se bajó uno del carro y se metió al precario, otro se bajó a orinar y el otro se quedó en el carro para que yo no me fuera.
Al que estaba orinando le empiezan a tirar piedras entonces a mí me tocó arrancar para mover el carro, entonces me dice el que estaba adentro.
‘No suave, no nos puede dejar botados’, entonces yo lo que quería era que no me golpearan el carro y llegan en carrera ahí y me dicen, ‘Ay muchacha, qué carga usted, de verdad’.
Ya después de que les hago el viaje y veníamos de vuelta me dicen ellos ‘La felicito, porque ninguno de sus compañeros quiso hacernos el viaje, todos nos cancelaban¨, pero obvio si yo los hubiera visto, tampoco les hacía el viaje, porque el primero que yo vi era un muchacho normal.
Entonces, ya cuando llegamos, empiezan a decirme que me ofrecían ¢350 mil por semana para hacerles el mismo viaje, entonces yo le dije que me apuntara el número, obviamente yo no lo iba a llamar, pero para no demostrar miedo lo tuve que hacer”, contó la conductora del vehículo.
Además, manifestó que después del suceso, no pudo parar de llorar, porque lo que vivió fue algo muy traumatizante: “Qué momentos más incomodos pasa uno, si se roban mi carro no pasa nada, pero el daño mental es terrible.
A mí me decían ‘¿Pero por qué usted no los bajó?’ Y es que ellos andaban armados y drogados, yo les vi las armas y una persona drogada no piensa”, detalló.
SEGURIDAD DE APLICACIÓN
Según los choferes de las aplicaciones, su único método de seguridad es un botón que los lleva a comunicarse con el 9-1-1, pero en el momento en el que van bajo algún peligro, para ellos es imposible llamar por auxilio.
LAS PRECAUCIONES
El Periódico del Pueblo contactó con la oficina de prensa de UBER para hablar acerca de las medidas que toman para brindar seguridad a sus conductores.
La primera es el centro de seguridad: la app incluye función para compartir viajes en tiempo real hasta con cinco contactos de confianza, botón para llamar de manera directa al 9-1-1, al tiempo que muestra en pantalla la ubicación actual y la información del viaje para que pueda compartirse ágilmente con las autoridades.
También disponen de verificación de usuarios, análisis de datos, ridecheck (utilizar el GPS para identificar anomalías), cancelación de viaje por seguridad, soporte especializado las 24 horas del día y trabajo con autoridades. Sin embargo, los conductores manifiestan que Uber no les da ningún tipo de seguros, no obstante, la empresa respondió al respecto que la “póliza de seguros con ASSA en caso de un accidente durante el viaje cubre accidentes personales y responsabilidad civil a ocupantes del vehículo o terceras personas. Incluye cobertura por muerte de cualquiera de los ocupantes del vehículo”.
Además agregaron \”si bien ninguno de estos lamentables casos recientes está relacionado con el uso de la aplicación de Uber, compartimos la preocupación de quienes conducen a través de distintas plataformas\”.