Después de 33 años del considerado hasta hoy el terremoto más fuerte en la historia costarricense, que azotó con fuerza principalmente la provincia de Limón al sacudir todo el territorio nacional con una magnitud de 7,7 grados, los limonenses recuerdan los momentos de angustia que vivieron aquel 22 de abril de 1991.
El país enteró se conmociono y se asustó ante tal evento natural, el cual incluso ocasionó la destrucción de carreteras y el colapso de edificios. Además, provocó que 48 personas perdieran la vida en Costa Rica y 79 en Panamá.
Fernando Fernández, quien en esa época tenía 28 años y laboraba como encargado del aeropuerto de fumigación en Valle La Estrella, aseguró que estaba en un mirador cuando iban de regreso empezó a temblar.
“Yo andaba con el ingeniero agrónomo, quien era mi jefe, en un mirador que sobresalía del bananal, donde teníamos que ver que no hubiera viento, que no hubiera sol, que no hubiera humedad en la zona para pedir que la avioneta saliera a fumigar.
Nosotros estábamos en el mirador cuando vimos que se metió un viento extraño, entonces me dice el ingeniero: ‘Bajémonos y vámonos para Finca 3’. Cuando íbamos en el carro empezó el socollón.
Cuando veníamos en el carro los postes de luz parecía que pegaban en el suelo, los cables se movían para todo lado, las calles se abrían y eran borbollones de agua que salían. Como Valle La Estrella está tan cerca de Limón eran borbollones de agua que salían”, narró.
SE CAÍAN LAS CASAS
Fernández aseguró que él y su jefe veían cómo se caían las casas frente a sus ojos.
“El ingeniero y yo nos quedamos estáticos esperando que pasara todo, veíamos cómo se caían las casas y todo eso. La mayoría de casas en Finca 6 se cayeron porque eran casas que estaban hechas de puro block, no tenían varilla.
Íbamos por las calles que estaban visiblemente afectadas y veíamos la destrucción tan grande que había causado el terremoto. El jefe y yo nos decíamos si ese terremoto fue así en San José no hay nada, en San José todo está destruido”, agregó.
FAMILIA SE SALVÓ POR UN CAFÉ
DIARIO EXTRA le consultó a Fernández qué sintió al presenciar el temblor, si en algún momento le pasó por la mente su familia, la cual vivía cerca del epicentro.
“Mi casa quedó destruida, sin embargo, una acción salvó a mi familia. En ese momento vale que a la mamá de mi hija le dio el bombillo por irme a dejar café al aeropuerto porque ahí también trabajaba un cuñado mío, entonces ellas llegaron allá y yo estaba por otro lado.
Luego del temblor yo me vine en carrera a la casa, la cual se había caído, pero gracias a Dios ellas me habían ido a dejar café, entonces no estaban. Es decir, ellas se salvaron porque el terremoto las agarró en el aeropuerto”, recordó.
Indicó que su casa quedó en el suelo porque cuando la construyeron no usaron varillas.
LEVANTAMIENTO DE LA COSTA
Este terremoto tuvo epicentro en el mar Caribe y provocó que carreteras y línea férrea resultaran afectadas.
Una de las consecuencias que más asustaron a la población limonense fue que la costa desde Moín al norte hasta Gandoca al sur esta se levantó al menos 1,85 metros.
Ana Matarrita McCalla, alcaldesa de Limón, aseguró que 33 años después todavía quedan algunos recuerdos de aquel día gris en la provincia.
“Treinta y tres años parece mucho tiempo, sin embargo, todavía quedan algunas secuelas del terremoto de Limón en el cantón Central. Por ejemplo, si vamos por el lado de la costa todavía podría observarse el lugar donde hasta hace más o menos dos meses estuvieron las ruinas del Hotel La Cola, que nos recuerdan ese momento tan árido de la historia para Limón y Costa Rica.
Todavía se encuentran levantados los rieles de la estructura para el traslado de los trenes en el cantón Central y todavía podemos observar en la piel del tajamar que hay algunas grietas que nos recuerdan ese episodio, y ni que decir de las personas que todavía tienen en sus casas algún levantamiento por las fallas”, manifestó.
La alcaldesa comentó que al momento del terremoto ella tenía 5 años, sin embargo, recuerda bien ese momento.
“Para ese momento yo tenía alrededor de 4 o 5 años. Recuerdo que en ese momento estaba en el hospital atendiéndome porque tocaba vacunarme.
Todavía recuerdo cómo se sacudía el hospital y cómo tuvimos que escondernos mi mamá y dos hermanitos en el césped del hospital, que no existe en este momento.
Eso era un campo abierto que hoy tiene estructura, pero ahí estuvimos viendo cómo se movía duramente el hospital y cómo la gente gritaba”, relató.
COBERTURAS DIFÍCILES
Alexis Rojas, quien ese momento trabajaba para Telenoticias, fue el primer periodista en llegar al epicentro del terremoto, ya que según comenta se desplazaron en el helicóptero de ese canal, y asegura que ha sido una de las coberturas más difíciles.
“Creo que esta ha sido una de las coberturas más difíciles porque estuvimos en la zona casi una semana haciendo recorridos, viendo de primera mano el daño que había causado el terremoto en la gente.
La necesidad en ese momento era muy difícil, no llegaba la ayuda, ya que en ese tipo de desgracias es muy difícil que la ayuda llegue de inmediato porque además todo el mundo está incomunicado. Solo se podía llegar por aire.
Ha sido la cobertura más difícil y fuerte porque tenía que correr mucho y veía mucho sufrimiento.
Además, no se sabía qué podía pasar, podía haber réplicas más fuertes, pero por otro lado poder llevarle a la gente la información de primera mano y ser los primeros nos dio la oportunidad de ver desde arriba y abajo la magnitud de la tragedia”, comentó.
También dijo que al momento en que empezó el terremoto él se encontraba en la Cancillería.
“Ese día casi a las 3 de la tarde iba entrando a la Cancillería a hacer unas notas, en ese momento se vino el meneón y empezó a hacerse la Cancillería para todo lado.
Existía un árbol afuera que se movía para todo lado, entonces ya uno con el sospechómetro encendido dice: ‘No, esto es fuerte. Pasó algo fuerte en algún lado’. Sin embargo, en el momento no sabíamos dónde.
Entonces ingreso a la Cancillería y todo el mundo corriendo, saliendo. En eso recibo una comunicación del canal que me estaba esperando el helicóptero porque teníamos que salir a Limón, donde había sido el epicentro del terremoto.
Nos fuimos para Limón, no sabíamos exactamente dónde había sido, pero en el helicóptero teníamos más facilidades de ver y recorrer el territorio más rápido.
Cuando empezamos a ver fue impresionante porque estábamos volando sobre las montañas cerca de Limón y me acuerdo ver una gran cantidad de árboles caídos, parecían como fósforos.
Las carreteras de Limón y Siquirres parecían como si les hubieran puesto un cuchillo y lo hubieran corrido porque estabas todas abiertas.
En algunos lados prácticamente salía vapor de donde se habían abierto algunas grietas. La gente estaba muy asustada y no sabía qué hacer”, finalizó.
LO SINTIERON
Juan Carlos Campos
Taxista
“Claro que recuerdo tan magno evento, inolvidable y catastrófico lo que vivimos los limonenses en ese entonces”.
Fabián Guarrín
Limonense
“Recuerdo que yo tenía 10 años y estaba en la escuela recibiendo clases cuando se vino ese tremendo temblor. Tuvimos que salir corriendo, la gente gritaba y lloraba. Fue una tragedia muy grande”.