Washington. (AFP) – Unas 320.000 personas habrían cruzado la selva del Darién al terminar este año, una cifra inferior a las 520.000 almas que se aventuraron en esa ruta de migrantes durante 2023.
“Son 242.000 personas hasta hoy en la mañana y se prevé un promedio de 320.000 a final de año”, afirmó Frank Ábrego, ministro de Seguridad de Panamá, durante una conferencia en Washington.
Esta reducción se aprecia desde hace un par de meses en las estadísticas estadounidenses de cruces fronterizos.
Según los análisis, esta situación se estaría generando luego de las medidas tomadas en junio por el presidente Joe Biden, quien restringió la entrada de migrantes por la frontera con México, cuando haya más de 2.500 cruces irregulares en un promedio de siete días.
“En la crisis migratoria irregular hay dos filas: una formada por padres, madres, hijos, familias, personas de bien y otra con delincuentes o miembros de algún tipo de organización criminal”, afirmó el ministro panameño.
Para distinguirlos, se usa el sistema de tecnología biométrica de huellas dactilares u oculares, sin embargo, aseguran que no hay forma tecnológica, ni humana de poder certificar realmente quiénes son estas personas, porque cruzan sin documentación.
“No es una simple actividad migratoria que nace de las personas, sino que hay una actividad criminal conexa de grupos delincuenciales que se aprovechan para llegar al país norteamericano”, añadió.
Según detallan las investigaciones, el Cartel del Golfo en las redes sociales ofrece el cruce desde lugares más remotos alejados del continente americano, como, por ejemplo, desde Egipto o China.
Por su parte, Rubén Ramírez Lezcano, canciller de Paraguay, lamentó que este tipo de grupos han llevado adelante una serie de mecanismos que inician con la corrupción, colocando candidatos dentro de las estructuras gubernamentales en todos los niveles de poder. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el crimen y la violencia son un obstáculo para el crecimiento económico de los países americanos, ya que le cuestan a la región el 3,5% del Producto Interno Bruto anualmente.
Durante la conferencia en Washington, Luis Abinader, presidente de la República Dominicana, subrayó que el narcotráfico no es una amenaza aislada, sino que se interrelaciona peligrosamente con la crisis migratoria.