Tres casos de corrupción salpicaron la institucionalidad durante los últimos cinco meses, situación que deja la imagen estatal golpeada drásticamente.
El caso Cochinilla del 14 de junio fue el que empezó el primero de los fuertes cuestionamientos en relación con adjudicaciones de obras viales, mientras tanto, las dos últimas semanas el país amaneció con dos noticias que encendieron las alarmas de que algo no andaba bien.
El 9 de noviembre se denunció una supuesta red ilegal en las contrataciones del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), conocido como el caso Azteca, mientras que ayer Costa Rica amaneció con la noticia del caso Diamante, con la detención de seis alcaldes.