Actualmente, en Costa Rica hay cerca de 576.017 adultos mayores, de los cuales un 48%, es decir, al menos 276.488, no tienen el beneficio de subsistir gracias a una pensión, revela el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Esta situación ocasiona que 2 de cada 10 ciudadanos pertenecientes a dicho grupo etario vivan en la pobreza.
“Algunos desafíos sociales que presenta esta población de 65 años y más, es su situación de pobreza, el 20,9% está en esta situación y el 5,7% en situación de pobreza extrema. El 13,3% está todavía trabajando, esa es su tasa de ocupación, mientras que el 4,9% habitan en viviendas que disponen de servicios básicos deficientes y un 1% habitan en viviendas en condición de hacinamiento”, explicó Pilar Ramos, coordinadora del Área de Servicios de Información y Divulgación Estadística del INEC.
En el marco de la conmemoración del Día de la Persona Adulta Mayor, el país enfrenta diversos retos como sociedad enfocados en este grupo etario específico. El envejecimiento acelerado destaca como uno de los principales obstáculos para garantizar que la seguridad social llegue a todos los costarricenses.
INFORMALIDAD POTENCIA FALTANTE
La tasa promedio de personas que cuentan con un trabajo informal en el país es de 38,7%, según dice el INEC, no obstante, en adultos mayores esta sube hasta el 66%.
Lo anterior significa que de cada 100 ocupados 60,6 trabajan sin garantías sociales. La consecuencia es que no tienen acceso al seguro de salud, tampoco a una pensión de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ni a una póliza de riesgos del trabajo.
Para julio de 2022, había un total de 24.066 personas entre los 60 y 64 años, o sea, próximas a la jubilación, que no contaban con seguro, lo que representa el 8% de toda la población que se ubica en este segmento.
Sin embargo, la informalidad viene desde más atrás. La Encuesta Continua de Empleo de abril de 2024 señala que 1 de cada 5 desempleados en Costa Rica tiene más de 45 años.
Para los expertos, esto presiona a las personas a buscar la informalidad en sus últimos años de vida profesional, lo que provoca que no tengan las cuotas suficientes para pensionarse y eso termina empujándolas a la pobreza en la tercera edad.
PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Según las proyecciones que manejan las instituciones relacionadas con el estudio poblacional, la cantidad de adultos mayores se duplicará en 2044.
Se espera que para ese momento una cuarta parte de los costarricenses alcancen los 65 años o más. Esto responde a un aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de los niveles de fecundidad.
La expectativa de vida pasará de los 76,65 años a los 84,27 años entre 1990 y 2050. Incluso se proyecta que para 2100 las personas lleguen hasta los 89,57 años.
Entretanto, la tasa de fecundidad disminuyó de 3,26 hijos por mujer en 1990 a 1,23 en 2024 y bajará aún más ya que, de acuerdo con las proyecciones, en Costa Rica se alcanzará una tasa mínima de 1,14 hijos por mujer en 2031, lo que influye en el envejecimiento poblacional.
Frente a este escenario, resulta vital generar nuevas políticas orientadas a la población geriátrica.
Sin embargo, la arista que más preocupa es la carencia de especialistas médicos y la urgencia por tener un moderno centro de salud acorde tanto a las necesidades actuales como futuras de los ticos.
En el país existen cerca de 200 geriatras, entre especialistas en formación y los que laboran para el sector público, y dicho número ha aumentado durante los últimos años.
Pero no se tiene certeza de cuál será el número que arrojará el sistema de salud dentro de los siguientes 10 años, ya que el Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss) varía cada cierto tiempo la cantidad de plazas que tendrá disponibles para futuros especialistas en personas de la tercera edad.
“TODOS MERECEMOS PENSIÓN”
Edwin Marín
“Yo veo esa realidad muy injusta, son muchos años los que uno ahorra para que después falten cuotas o algo por el estilo y simplemente no se la entreguen a pesar de cumplir la edad. La pensión da la oportunidad de sobrevivir y disfrutar todo el tiempo que se estuvo trabajando, todos cotizamos y aspiramos a eso, el Estado debería garantizar la pensión a todos los ciudadanos”.
Luis Arce
“Hay que ayudarles a los adultos mayores a como dé lugar, porque todos necesitamos comer y subsistir, todos tenemos necesidades y sin pensión cuesta mucho, el deber del Gobierno es ayudar a los que no pueden cotizar y necesitan de la seguridad social para poder vivir. Yo tengo mi pensión, gracias a Dios, y con eso puedo salir adelante y sobrevivir, pero hay tanta gente que no tiene nada”.
Manrique Quirós
“Yo creo que sería justo que esa mitad de adultos mayores a los que no les dan nada tengan su pensión, porque actualmente nadie vive de aire. Me parece que las juventudes y la sociedad actual han dejado mucho de lado a la población adulta mayor, entonces, al perder el respeto y el interés, no son empáticos y se les olvida que todos vamos para el mismo camino, con las mismas necesidades”.