Más de 16 mil familias y varias zonas productivas de Osa estarían en riesgo por la falta de construcción de un dique en el río Grande de Térraba. Los lugareños indicaron que saldrán a las calles para protestar por la falta de ayuda el próximo 6 de agosto.
Será una actividad pacífica, pero podría dificultarse el paso por la carretera Interamericana Sur.
La marcha se iniciará a las 6 a.m., según confirmó Oldemar Quesada, uno de los organizadores. Están convocando tanto a pobladores de Ciudad Cortés, Fincas, Sierpe, como de Palmar Sur y Norte.
Quesada señaló que hace nueve meses los traen de un lado para el otro, sin brindarles una respuesta clara.
Al parecer, la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) dice que la construcción es responsabilidad del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, pero de ahí los mandaron al Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara).
Quesada comentó que, desde la tormenta Nate, se planteó la necesidad de tener un dique, cuyo costo rondaría los ¢8 mil millones.
Desde ese entonces, los pueblos cercanos viven temerosos de que el Grande de Térraba nuevamente se desborde. Incluso, cuando llueve, la zozobra hace que no manden a los niños a clases.
“La situación en el Sur es lamentable, tanto la Municipalidad de Osa como las asociaciones del cantón están enteradas de lo que está ocurriendo. Necesitamos un dique para estas ciudades, es para protegerlas y que el río no se salga, porque puede arrasar hasta con un 50% de la población”, advirtió Quesada.
Subrayó que la Municipalidad dio por agotados todos los mecanismos administrativos. “La amenaza crece día con día, son casi 8 kilómetros de dique lo que se necesita. El río crecido tiene más de 15 metros de profundidad y 360 de ancho”, agregó.
Los vecinos sienten que hay desinterés por parte del Gobierno y no se cuenta con una directriz firme para la amenaza, como si la vida de estas personas no importara.
“Hacemos un llamado a productores bananeros, palmeros, comerciantes, empleados públicos y trabajadores independientes. No es política, es la vida de todos la que está en juego”, urgió Quesada.