Once combatientes de las Fuerzas de Movilización Popular, una coalición paramilitar integrada en el Estado iraquí, murieron este sábado en una emboscada imputada al grupo yihadista Estado Islámico (EI) al norte de Bagdad, informaron a la AFP fuentes de ese cuerpo armado.
El ataque, perpetrado por la noche en una región apartada, con armas ligeras –un modus operandi típico del grupo EI desde su derrota militar en Irak, en 2017–, fue de menor envergadura que el doble atentado suicida que el jueves mató a 32 civiles en el centro de Bagdad, y que hizo temer el resurgimiento de los yihadistas en terreno urbano.
\\\”El EI lanzó un ataque contra la 22ª brigada de las Fuerzas de Movilización Popular [Hashd al-Shaabi] al este de Tikrit\\\”, capital de la provincia de Saladino, a unos 150 km al norte de Bagdad, afirmó Abu Ali al Maliki, uno de los oficiales de esa brigada.
Once miembros de la misma murieron y otros diez resultaron heridos, indicaron otras fuentes de las Fuerzas de Movilización Popular.
El ataque no fue reivindicado pero todas las fuentes contactadas por la AFP acusaron al grupo EI.
– Burocracia y corrupción –
Según los expertos, el atentado del jueves, que fue reivindicado por el órgano de propaganda del grupo yihadista, podría ser un caso aislado pues las células clandestinas del EI, desperdigadas por zonas montañosas y desérticas del país, no tienen ni la organización ni el equipamiento necesario para llevar a cabo ataques de envergadura en territorio urbano.
No obstante, el ataque sin precedentes en más de tres años en la capital, puso en evidencia las carencias del aparato de seguridad iraquí, corroído por la corrupción y la burocracia.
Además, las fuerzas de seguridad pagan el precio de las tensiones entre los grupos armados rivales y entre los políticos de todos los extremos, mientras que el país se prepara para organizar unas elecciones anticipadas, cuya fecha exacta aún se está negociando.
De hecho, los ataques del grupo EI de los últimos meses se registraron, sobre todo, en las provincias de Saladino y Kirkuk (norte), que las fuerzas kurdas y federales se disputan, lo que ha dado lugar a una brecha de la que se han aprovechado los yihadistas.
Así, diecisiete personas, sobre todo militares, murieron en noviembre en varios ataques del grupo EI al norte de Bagdad.
Entretanto, Estados Unidos redujo su contingente en Irak a 2.500 soldados, mientras que casi todos los otros Estados miembros de la coalición anti-EI abandonaron el país en cuanto estalló la pandemia de coronavirus.