La Habana. (AFP) – Más de 10 millones de personas se encuentran a oscuras en Cuba. “El sistema se quedó sin energía en todo el país”, tras la salida imprevista de la central termoeléctrica Antonio Guiteras, la principal del país, dijo a la televisión estatal Lázaro Guerra, director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas.
El jueves anterior, el gobierno anunció la paralización de la actividad laboral del sector estatal, entre otras medidas para enfrentar la crisis que en las últimas semanas ha dejado a la población de varias provincias hasta 20 horas sin luz en un día.
Guerra precisó que cuando la central termoeléctrica salió de servicio, “el sistema colapsó, o sea, está en cero total desde esa hora”, y que el gobierno trabaja para restablecerla lo antes posible.
El presidente Miguel Díaz-Canel, que ha dicho que Cuba atraviesa una “emergencia energética”, realizó por la noche una reunión de supervisión en la que prometió que “no habrá descanso hasta” restablecer “totalmente el servicio”.
El colapso del sistema energético “es una demostración más de todos los problemas que a nosotros causa el bloqueo”, añadió al señalar que el país no tiene el combustible que necesita. “Todo pasa por las divisas que no tenemos por la persecución financiera y combustible que no tenemos por la persecución energética”, enfatizó.
Por la tarde, Guerra informó que “está muy incipiente todavía el proceso de restauración”, pero “ya en estos momentos tenemos un nivel de generación de energía eléctrica” que servirá para arrancar las termoeléctricas y las plantas flotantes en varias regiones del país.
“ABERRANTE”
En la primera noche totalmente a oscuras de La Habana, muchas familias salieron a los bulevares para refrescarse del calor.
“Estamos conviviendo ahora mismo con una situación fatal con este apagón”, dijo a AFP al borde de las lágrimas Betsabé Valdés, una trabajadora independiente de 40 años, con su sobrina de un año en brazos, y que se queja de no tener gas, ni electricidad y de que la comida se les ha descompuesto por falta de refrigeración. Las calles lucían prácticamente vacías, sin transporte público y los semáforos estaban fuera de servicio. Solo se puede ver el alumbrado de algunos hoteles y hospitales que cuentan con plantas de electricidad propias. Las clases fueron suspendidas en el país a todos los niveles hasta el lunes, y en varios municipios de la capital, La Habana, discotecas y locales de diversión y esparcimiento permanecerán cerrados.
“Esto es aberrante”, dijo a la AFP Eloy Font, un retirado de 80 años que vive en Centro Habana. “Esto demuestra la fragilidad que tiene el sistema eléctrico nuestro (…) no hay reserva, no hay con qué mantener a este país, estamos viviendo al día”, lamentó.
Los cubanos sufren desde hace tres meses los apagones que se habían prolongado cada vez más y con mayor frecuencia, con un déficit de hasta el 30% en la cobertura nacional. Y que el jueves llegó al 50%, un problema que irrita a la población. “Hace dos días que apenas he podido trabajar y ahora esto, ¿qué hago? Es terrible vivir así, en 47 años no he visto nada peor. Ahora sí la jodieron… sin luz y sin datos móviles”, se quejó Bárbara López, creadora de contenidos digitales.
“Ruina energética”
En la isla, la electricidad se genera a través de ocho desgastadas termoeléctricas que en algunos casos presentan averías o se encuentran en mantenimiento, así como de siete plantas flotantes -que el gobierno renta a empresas turcas- y grupos electrógenos. En su mayoría, esta infraestructura requiere de combustible para funcionar.
La isla vive su peor crisis en tres décadas con escasez de alimentos, medicinas y apagones crónicos que limitan el desarrollo de las actividades productivas, además de una inflación disparada los últimos años.
Los apagones fueron uno de los detonantes de las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021, que dejaron un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos. Según la tolerada prensa independiente local, decenas de personas se manifestaron al principio de la semana en las provincias de Sancti Spíritus (centro) y Holguín (noreste) por los largos apagones. En 2023, la isla se recuperó de los cotidianos cortes eléctricos que experimentó en casi todo 2022.