La Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) detuvo a 1.336 personas en condición irregular hasta noviembre de 2024, lo que evidenció un aumento del 15% en comparación con el año anterior.
Los flujos migratorios, que provinieron principalmente de Nicaragua, Colombia y Venezuela, impactaron la capacidad del Centro de Aprehensión Región Central, donde 34 extranjeros pasarán este fin de año.
“El perfil de los detenidos cambió notablemente”, confirmó una fuente de alto nivel de la DGME.
“En 2023 registramos 366 casos con antecedentes penales, pero este año la cifra bajó a solo 22 expedientes judiciales (hasta octubre), lo que mostró un cambio en los patrones migratorios”.
La Policía Profesional de Migración (PPM) reforzó sus operativos de control en todo el país, aunque los jerarcas recalcaron que su función principal se limitó a la verificación del estatus migratorio, no a la persecución criminal.
El corredor migratorio centroamericano mantuvo una fuerte presencia de ciudadanos nicaragüenses, quienes lideraron las estadísticas de detenciones, seguidos por colombianos y venezolanos.
Este patrón reflejó las crisis sociopolíticas y económicas que afectaron a la región.