Mis responsabilidades con el PUSC
El 1º de mayo del 2010 asumí por tercera ocasión una diputación por el Partido Unidad Socialcristiana (PUSC), después de un proceso complejo y difícil, dadas las circunstancias por todos conocidas que todavía pervivían en el proceso electoral que culminó en febrero de ese año.
Además del juramento que me obligaba y me obliga a respetar y cumplir las leyes y la Constitución Política, en mi fuero interno asumí un compromiso de realizar los máximos esfuerzos por ser un diputado socialcristiano digno representante del PUSC, defensor de lo mejor de nuestra patria y de los intereses superiores del pueblo.
En esa línea de compromiso y acción me he mantenido hasta el día de hoy, y por esa senda pretendo continuar hasta el último día de mi condición de diputado, el 30 de abril del 2014.
A lo largo de estos 36 meses he dado importantes luchas, me he opuesto con decisión y estudio a propuestas que considero nocivas al interés nacional, no he regateado tiempo para realizar control político y me he sumado con entusiasmo a proyectos de bien nacional y social, sean éstos del Ejecutivo o de otros diputados. Por esa senda pretendo continuar hasta el último instante de mi condición como diputado.
Fuerza pujante. Lo dicen todas las empresas encuestadoras, lo dicen los medios de comunicación, lo dice la gente por todo lado, y se comprueba con hechos: el PUSC es una fuerza política pujante, cuya característica fundamental es su crecimiento y el crecimiento de la simpatía de la gente para con él. Parece que están quedando para la historia aquellos aciagos momentos que todavía rondaron las urnas electorales en febrero del 2010.
Lo he dicho en otras ocasiones, y lo repito ahora: el renacer del PUSC es fruto del quehacer de mucha gente, algunos en silencio, como hormiguitas en sus comunidades y centros de trabajo, otros en puestos dirigentes y seis en el seno del parlamento como diputados socialcristianos.
Entre estos últimos me cuento yo. Sin falsa modestia siento que he dado mi aporte al renacimiento del PUSC, y las manifestaciones de mucha gente, incluso ajenas al socialcristianismo, expresándome su confianza y su afecto, confirman mis palabras y me inspiran a seguir adelante.
Estamos ya en la antesala de los comicios que culminarán el 1º de febrero del año entrante, y el partido se prepara para enfrentar ese reto con entusiasmo y fortaleza.
Cada quien, desde su perspectiva y posibilidades se apresta a sumar su aporte al esfuerzo general. En otras ocasiones, incluso cuando me desempeñé como diputado, en 1986-1990 y 1998-2002, me lancé a recorrer pueblos, tocar puertas e incorporarme a tareas de conducción.
Hoy, la situación del país es muy diferente y muy delicada, y otros son los deberes que considero debo asumir, de cara a la contienda electoral que se avecina. No es el proselitismo callejero, sino la firme y responsable labor parlamentaria la que me toca emprender, de conformidad con mi juramento constitucional y los compromisos que asumí con el PUSC.
Escasas expectativas. El país está mal, muy mal, con escasas perspectivas de cambio positivo, y esa responsabilidad es exclusiva del Poder Ejecutivo y de la Presidencia de la República.
Estimo que sin sustituir las competencias que le corresponden a ese Poder de la República, desde la Asamblea Legislativa podemos contribuir a que la crisis no sea mayor, y a esas labores pienso dedicar mis mejores esfuerzos, pero no en silencio. Todo lo contrario, convirtiendo mi curul en tribuna de denuncia y de enfrentamiento sobre todo lo malo que se haga o se diga en las esferas del Gobierno y del partido oficial.
Respeto profundamente la decisión que otros tomen sobre su derrotero y aporte a la actividad electoral del partido. Yo he meditado profundamente sobre lo que debo hacer, dónde le puedo servir mejor a mi partido en este crucial momento de nuestra historia, y todo me indica que debo mantenerme como soldado socialcristiano en mi curul parlamentaria.
*Diputado
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Martes 04 Junio, 2013
HORA: 12:00 AM
CRÉDITOS: Por: Luis Fishman
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