La menopausia es el término que describe la última menstruación en la vida de la mujer. Una vez sucedida se entra en una etapa en la cual el cuerpo femenino no cuenta con las hormonas del ovario, los estrógenos y la progesterona, que son precisamente las hormonas sexuales.
Esa ausencia hormonal afecta prácticamente a todo el organismo, así por ejemplo los huesos tienden a descalcificarse; la vejiga tiene problemas para contener la orina; los tejidos vaginales se resecan; las vías metabólicas de las grasas se modifican; la piel pierde elasticidad de forma marcada, condicionando arrugas en las líneas de expresión, sobre todo en la cara y en las manos; aparecen los calores y los bochornos, entre muchos otros cambios.
Hoy sabemos que esa ausencia hormonal también afecta al cerebro, provocando diversas manifestaciones, así puede condicionar alteraciones en el estado de ánimo, problemas con el sueño y dificultades con la memoria.
En el estado anímico son frecuentes los episodios de tristeza o de irritabilidad sin motivo, una apatía y desgano aun para aquellas actividades predilectas. También es frecuente cierta labilidad afectiva, “por cualquier cosa tengo ganas de llorar”, y en algunos casos se pueden presentar auténticos cuadros depresivos.
Por otra parte, al dormir se pueden presentar problemas para conciliar el sueño, otras veces no hay dificultad en dormirse, pero el sueño es muy breve y en plena madrugada ya la mujer se despierta, y en otras el sueño, aunque en apariencia transcurre normalmente, no sustenta, no descansa, no relaja y la mujer amanece cansada, con pereza y a veces con un franco agotamiento que sorprende, sobre todo porque la mujer en nuestra sociedad suele ser muy activa.
Con la memoria los cambios suelen ser sutiles, pero no menos importantes. Por eso es fundamental describirlos de manera pormenorizada, por ejemplo, se olvidan nombres o números de teléfono que son hartamente conocidos; se extravían reiteradamente objetos como las llaves; se olvida el motivo de los actos, por ejemplo “¿para qué entré en una habitación?”, “¿qué iba a hacer?”; se dificulta encontrar determinadas palabras conocidas en media conversación, “¿cómo es que se dice?”; se pierde el curso de la conversación, “¿de qué estaba hablando?”.
Son más comunes los olvidos de citas o compromisos rutinarios y cierta pérdida de atención cotidiana. Desde luego que esto nos pasa a todos, pero en la menopausia se pueden volver mucho más frecuentes, al punto que a la mujer le resultan fastidiosos.
Estas alteraciones tienen un origen cerebral y hoy sabemos que se deben tratar porque, aunque a veces son solamente transitorias, en algunas mujeres se mantienen y aumentan con el paso de los años, condicionando un daño cerebral importante. Afortunadamente hoy contamos con diversos tratamientos que nos permiten ayudar al tejido cerebral a enfrentar el déficit hormonal menopáusico.
Si bien es cierto contamos con diversos medicamentos y suplementos, los hábitos de vida saludables son imprescindibles. El consumo de frutas, verduras y legumbres, una adecuada hidratación, la práctica del ejercicio, mantener el peso, evitar tabaco, licores y drogas, y evitar tensiones innecesarias son el complemento ideal para el tratamiento farmacológico.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández Sexólogo
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Lunes 08 Mayo, 2023
HORA: 12:00 AM
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