Soy un hombre casado de 32 años. Me casé hace 5 años, y como somos de campo y muy creyentes, para nosotros el amor es para toda la vida, así que yo no pienso divorciarme nunca, como hacen muchos. El problema es que mi esposa grita por todo y nos hace malas caras a mis hijos y a mí. Mi suegra dice que ella es una malcriada. A veces pasamos una semana sin que nos hable. Yo trato de hablar con ella, pero se enoja más y esto nos ha afectado en el sexo.
- Por mucho tiempo las parejas se casaban para siempre y en algunos países no solo era una decisión individual, sino que legalmente no era posible optar por el divorcio. Desde luego que se ve con buenos ojos que las personas opten por un vínculo a largo plazo, lo cual le da una enorme estabilidad a la relación, pero esto es cierto si solo si ambos están dispuestos a dar la talla ante un reto de tal envergadura.
Son muchas las parejas que al optar por un matrimonio “hasta que la muerte nos separe”, se esfuerzan al máximo por interactuar de forma armónica y de luchar por la relación de tal forma que el nexo emocional se va acrecentando con el tiempo.
Desdichadamente otras personas al saber que existe la convicción de “no divorciarse nunca”, descuidan la relación, dan rienda suelta al enojo, y hasta crean ambientes hostiles y violentos, que hacen muy difícil el diario vivir. Antes cuando la gente no se divorciaba esto pasaba con frecuencia y por esa razón muchos buscaban vínculos emocionales por fuera debido a lo tormentosa que les resultaba la vida marital.
Un ambiente tenso en el hogar afecta a todos en la casa, pero sobre todo a los hijos, por eso, se debe propiciar una conversación madura, sincera y en buenos términos para cambiar esa forma de interactuar y de ser necesario buscar ayuda profesional.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández, sexólogo
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Miércoles 22 Febrero, 2023
HORA: 12:00 AM
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