Soy una mujer soltera de 29 años. Tengo una relación de apenas tres meses, y con una buena persona, sin embargo, hay algo que me provoca desconfianza. Vivo sola en mi apartamento, y él también vive solo. El punto es que a él no le gusta tener relaciones ni donde él vive ni donde yo vivo, sino que le gustan los moteles. Yo nunca había ido a un motel y me resultan chocantes, y me cuesta disfrutar las relaciones ahí. Él dice que siempre le ha gustado motelear.
- Los moteles en nuestro país, a diferencia de lo que sucede en otras latitudes, son establecimientos creados con el fin de que las parejas tengan intimidad, es decir, no tienen la función usual de un hotel, o de un hotel de paso.
Por mucho tiempo, la vida sexual fuera del matrimonio era censurada socialmente, y eran pocas las personas solteras que contaban con un apartamento, de tal forma que esas relaciones furtivas encontraban en los moteles su nidito de amor. Por esa razón los moteles tenían ese halo de prohibido y de vulgar.
Aunque hoy la dinámica sexual ha cambiado, muchas parejas que no están casadas ni viven juntas, tienen relaciones sexuales, y los moteles son visitados abiertamente. Sin embargo, para algunos el aura de prohibido y de vulgar persiste, y se sienten cohibidos visitando un motel al punto que “no se hallan” y a veces hasta les resulta chocantes e indignantes estos ambientes.
Contrariamente para otros, los moteles por sí mismos encierran cierta magia, cierto morbo, que les genera una excitación creciente y aun cuando cuentan con un lugar propio, apartamento o casa, para tener relaciones, de vez en cuando, o cuando se puede optan por visitar estos lugares.
Preferir un lugar de estos no nos habla de ningún trastorno ni debe generar desconfianza, pero de igual manera es entendible que algunos sientan cierta reserva.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández, sexólogo
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Viernes 17 Febrero, 2023
HORA: 12:00 AM
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