Mejoría en empleo: un espejismo

Editorial

Para finales de 2021, todo mundo en el Gobierno salió aplaudiendo porque las estadísticas indicaban que había bajado el desempleo y se habían recuperado algunos de los puestos perdidos tanto por la pandemia como por el bendito plan fiscal que vino a golpear a muchos de los comercios a nivel nacional.
Desde ese momento alertamos que estas cifras no eran más que espejismos, porque era normal que durante la época decembrina y el verano los comercios contraten un poco más de gente para dar abasto, pero seamos realistas, a como están las cosas, en algunos sitios ya no ocupan tantos empleados.
Entonces sucedió lo inevitable: la supuesta mejora en el tema laboral se vino abajo y nuevamente registramos bastantes problemas en esta área donde 3 mil personas se volvieron a quedar desempleadas.
El desempleo pasó de 319 mil personas con un porcentaje del 13,1% a 322 mil ciudadanos, con lo que representó un 13,3% en tan solo un trimestre, el problema es que ahora que se vino lo de la guerra en Ucrania siguen los problemas en los contenedores y existen más factores externos que perjudican la economía nacional. Claramente, la situación de las empresas no pinta para mejorar.
Con estas cifras lo único que queda es esperar qué trae el nuevo Gobierno para solventar una problemática que, para nadie es un secreto, ocupa el primer lugar entre las que angustian a cientos de miles de familias costarricenses.
Y es que si este problema tuviera solución otros males que aquejan a los ticos podrían ir disminuyendo. Por ejemplo, si la gente logra conseguir un trabajo digno, poco a poco bajaría la pobreza y ni qué decir del hampa y de la gente que decide unirse al narcotráfico, precisamente por esa necesidad de comer y por lo menos vivir dignamente.
Otro tema que sigue preocupando a todos es cómo las mujeres siguen estando por debajo de los hombres, lo cual consterna aún más porque no podemos perder de vista que muchas de las familias costarricenses están lideradas por féminas y es casi siempre a las que más les cuesta encontrar un trabajo.
Actualmente se estima que hay 24 hombres ocupados más en comparación con las mujeres, este tema hay que estudiarlo a fondo porque en muchas empresas les cierran las puertas no por ser malas trabajadoras sino porque detrás de ellas hay niños, casa y familia que conllevan una serie de responsabilidades.
Tomando en cuenta los índices de desempleo y las pocas probabilidades, también vemos crecer la informalidad y esto lleva a que existan muchas personas que venden sus bienes y servicios sin estar aseguradas y en regla, con todos los pagos que deben de hacerse.
Sin embargo, la culpa no es totalmente de la gente, sino que una tajada bastante grande de esas cargas se la llevan las instituciones que se portan intransigentes y no colaboran para que los contribuyentes que no pudieron sostenerse en el sistema puedan ponerse en regla sin tantas trabas.
Este porcentaje de personas cada vez crece más a tal punto que ya suman 936.000 mujeres y hombres que laboran en lo informal acarreando que no tienen seguro, no cotizan para una pensión y, peor aún, no tienen un salario fijo, lo que vuelve el cubrir las necesidades básicas muy complicado.
Si bien el empleo informal contribuye a disminuir los índices de pobreza que hay en la actualidad, en reiteradas ocasiones se asocia a trabajos de baja calidad y con precariedad, los cuales se encuentran fuera de las estructuras jurídicas e institucionales de la economía moderna.
Es importante saber que las personas que laboran bajo esa condición carecen de acceso a los mercados modernos de capital, a la capacitación formal y a los sistemas oficiales de seguridad social, por lo cual reciben muy poca protección legal y estatal.
Ante esto, queda claro que muchos de los ciudadanos deciden laborar bajo esas condiciones porque no tienen de otra y deben llevar el sustento hasta sus hogares.
Si bien muchas personas ocupan un empleo, es importante que los que se generen cumplan con todos los requisitos de ley, para que sea una relación de ganar-ganar para ambos lados, patrono y trabajador.