Llorar no es de cobardes. A pesar de ello, acostumbramos a huir de la tristeza y del llanto como si estos fueran nuestros peores adversarios. Tanto es así que en muchas ocasiones, cuando acabamos llorando, nos sentimos hasta débiles y vulnerables. Llorar no es nada malo, aunque una gran parte de la sabiduría popular lo cree así. Lloramos porque el llanto supone una respuesta natural ante una gran variedad de emociones que podemos sentir en un momento determinado. Entre los principales motivos podemos encontrar la tristeza, el dolor, la alegría y la frustración.
¿Existen consecuencias de llorar mucho?
A pesar de todos los beneficios de llorar que nos podemos encontrar, la realidad es que cuando una persona tiende a llorar sin motivo o llorar mucho puede significar que padece de algún trastorno psicológico. Tanto es así que cuando alguien llora de dolor repetitivamente esto puede señalar las siguientes enfermedades.
• Depresión: El exceso de tristeza y una actitud negativa pueden derivar en una depresión. En estos casos las personas pueden no haber afrontado estas emociones negativas a su debido tiempo. Por ello, estas han evolucionado y se recurre al llanto para tratar de aliviarlas.
• Ansiedad: De la misma forma que la depresión, son dos de las enfermedades más preocupantes de nuestra era actual. Cuando alguien sufre de ansiedad, la angustia y los ataques de pánico pueden llegar a convertirse en dos de sus más fieles acompañantes. Es por eso que estos individuos pueden acabar llorando por casi cualquier motivo.
• Traumas: Son experiencias pasadas que han supuesto un choque en nuestra memoria. Tanto es así que estos pueden llegar a influir mucho más de lo que pensamos en nuestra vida adulta. En estos casos, se recurre al llanto para intentar olvidar ese pasado que nos perturba.
• Baja autoestima: Uno de los motivos por los que las personas pueden llorar mucho, es precisamente no aceptarse a sí mismos y padecer de una baja autoestima. En estos casos, los individuos se sienten inseguros y eso acaba siendo una traba para intentar conseguir cada uno de sus éxitos o propósitos.
Llorar puede tener muchas implicaciones. Cuando estás son para afrontar determinadas emociones, su carácter es positivo. En cambio, en algunas ocasiones puede significar que estamos delante de un problema que no podemos superar. En estos casos, quizá requieras de la ayuda de un profesional de la psicología. Es por ello que cuando lloramos nos estamos señalando a nosotros mismos o bien que estamos por un mal camino o que debemos asumir estas emociones para superarlas y salir beneficiados de ellas.
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