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Opinión

Conculcación de Derechos Humanos durante la pandemia

Lic. Dany Jadiel Quesada Monge*

El coronavirus ha irrumpido en nuestras vidas con un impacto tan global y devastador que no había sido experimentado antes por las sociedades modernas. Ha cambiado drásticamente las formas en que las personas se relacionan, trabajan, asisten a clases y conviven. Y en particular ha afectado el ejercicio de los Derechos Humanos. 

Es conocido que el Derecho Internacional contempla la restricción de determinados derechos y libertades, pero esto es únicamente aplicable cuando existen serias amenazas a la salud pública en un contexto de emergencia donde está en peligro la vida de la población como es el caso de una pandemia global.

Esto está contemplado en los principios de Siracusa que fueron aprobados en agosto de 1984. Sí está permitido… pero con ciertas condiciones, las cuales se pueden resumir en tres principios: ser legales, necesarias y proporcionadas.

El Derecho a la libre circulación o al libre tránsito es el que más se ha visto afectado con prohibiciones que van desde viajar a un país extranjero o incluso salir de nuestras propias ciudades, hasta limitaciones horarias de circulación en nuestro propio barrio.

Por otro lado, la violencia doméstica se multiplicó conforme aumentaba el hacinamiento y en la misma medida se triplicaron los delitos de carácter sexual.

 Aunque podemos seguir reuniéndonos a través de las nuevas tecnologías, no podemos hacerlo de forma presencial. 

Tampoco ejercemos de la misma manera otros derechos como son los de libre culto, debido a la suspensión de los oficios religiosos y se ha restringido el acceso a las actividades culturales o recreativas, aún el acceso a las bibliotecas públicas. 

Las personas que están teletrabajando o teleestudiando han convertido sus hogares en oficinas o aulas.

Se han establecido diferencias en la enseñanza entre los que tienen dinero para comprar medios tecnológicos de calidad y los que no disponen de tales recursos, de modo que la educación dejó de ser gratuita para docentes y alumnos que han tenido que pagar internet o conseguir determinados dispositivos para las lecciones.

También cabe preguntarse si ¿se han dado casos de desabasto alimentario o desprotección de médicos y trabajadores de primera línea? O si ¿se han producido cambios en las condiciones laborales como despidos?

¿Está el gobierno tomando medidas adicionales para apoyar a los niños de familias de bajos recursos que dependían de la escuela para alimentarse?

¿Está asegurando el gobierno que los sistemas de aprendizaje a distancia sean accesibles para las comunidades históricamente marginadas?

Para nadie es un secreto que situaciones excepcionales requieren medidas excepcionales, sin embargo, la pandemia no debe suponer un retroceso en las libertades civiles que tanto nos ha costado conquistar.

 

*Máster en DDHH y Miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 18 Octubre, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Lic. Dany Jadiel Quesada Monge*

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