Diario Extra - Tercera tica sufre calvario en México

El susto de su vida se llevó Gabriela Riascos Araya, costarricense que fue detenida por las autoridades migratorias mexicanas cuando viajaba por primera vez a Cancún, lugar donde se encontraría con dos amigas para celebrar un cumpleaños, siendo la tercera tica en menos de un mes que pasa por la misma situación.
DIARIO EXTRA tuvo acceso a información que señala que la joven estuvo privada de su libertad cerca de 19 horas, periodo en que las autoridades nunca justificaron los hechos, ya que Riascos mantenía sus papeles al día.
De acuerdo con estos datos, la joven fue deportada por presuntas sospechas de querer permanecer en dicho país de forma ilegal, sumado a la presunta posibilidad de moverse a territorio estadounidense.
Tras la revisión de Riascos en los puestos migratorios, las autoridades de dicho país la retuvieron en recintos donde había personas de diversas nacionalidades, entre ellas colombianos, cubanos, argentinos entre otros más.
En apariencia, la costarricense fue despojada de sus pertenencias por lo que permaneció incomunicada con sus seres queridos, además de prohibírsele en apariencia hablar con los representantes de la embajada tica en ese país.
Tras casi un día detenida, la mujer fue deportada a suelo costarricense, negándosele el ingreso a México pese a contar con el permiso de estadía en el país, así como los tiquetes de ingreso y salida.

PESADILLA

El Periódico de Más Venta en Costa Rica habló con Gabriela Riascos, quien manifestó recordar con mucho sufrimiento su estadía en suelo azteca y que lo que había planeado como unos días agradables con sus amigas se tornó en su peor pesadilla.
“Yo salí el 17 de septiembre de acá en un vuelo a las 5:30 p.m., llegué como a las 8:25, paso el puesto migratorio y me hacen las preguntas que hacen a todo el mundo”, expresó.
Según Riascos, en dicho puesto fronterizo le hicieron varias consultas, entre ellas los nombres de sus amigas que visitaría, cuántos días estarían en ese país, la cantidad de dinero del que disponía, entre otras preguntas más, pero las respuestas que dio no fueron suficientes para los cuerpos policiales.
“Me dijo que tenía que pasar a una entrevista, a una segunda sala, cuando llego ahí, el tipo súper prepotente me empieza a cuestionar”, acotó.
La tica explicó este rotativo que el oficial a cargo de su caso giró en torno a que una de sus amigas era compatriota, lo que generó presuntas sospechas en las autoridades mexicanas.
“El problema se centró en que mi amiga no fuera mexicana y me dice que no que soy inadmisible. Me dijo ‘pregúntele a su amiga si ella tiene residencia’, yo le dije, ‘pero yo no voy solo para donde una amiga, la otra es mexicana por qué centrarse en la tica’”, recordó.
A pesar de demostrar los fines con los que estaría en dicha nación, se le negó el acceso.
“Si ella tiene residencia usted pasa, si no no. Yo le pregunté por qué y me respondió que conmigo todo estaba bien, pero si mi amiga no tenía residencia yo no iba a entrar, porque lo que yo quería era quedarme ahí o pasarme para Estados Unidos. Yo le pregunto a mi amiga y ella me dice que no tiene residencia, pero que todavía tiene el permiso de estar en el país y me manda el papel del permiso que ella tiene para estar en México, pero me dice inadmisible”, detalló la viajante costarricense.

ANGUSTIA

De acuerdo con Gabriela, en el ajetreo antes de que le quitaran su teléfono celular, solo pudo tener comunicación con su hijo, a quien le dijo que estaba bien.
“Le dije que si podía llamar al Consulado y me dijo que no. Puedo hacer una llamada y yo logro llamar a mi hijo para despedirme en lo que él está haciendo el papeleo, entonces no pude avisarle a nadie. Me meten a ese cuarto, me quitan las pertenencias, me quitan el teléfono, el pasaporte, mi bolso y me dicen que solo puedo sacar como lo más importante, gracias a Dios yo llevaba una cobija y la saqué”, agregó.
Riascos dijo que la impotencia creció ya que no sabía nada de su futuro ni del tiempo que pasaría detenida.
“Yo lo primero que hice fue ponerme a llorar. Yo decía pero por qué, no es justo, si yo tengo todo en orden y vos mismo me estás diciendo que no tengo nada malo, por qué tengo que pagar por ella y me dice lamentablemente tienen que pagar justos por pecadores. Yo voy muy asustada porque no se a dónde me llevan, no te dicen nada en el camino, nada, cuándo te van a devolver, no te dicen nada, simplemente te encierran y listo”, explicó.