Urge intervenir al MOPT

Editorial

Nadie cuestiona la trayectoria que tiene Rodolfo Méndez Mata como servidor público ni su papel como jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), sin embargo, sería muy miope quien no observe que la entidad pública requiere de una urgente intervención.

El escándalo del caso Cochinilla se convirtió en la cereza del pastel con respecto a todo lo podrido que se maneja a lo interno de la institución: amiguismos, favores políticos, intereses de por medio y manejos antojadizos de los recursos públicos no contribuyen en nada al ejemplo de “austeridad” que se ha predicado de los dientes para afuera desde la Administración de Carlos Alvarado.

En primera instancia, dos informes de auditoría del MOPT hicieron señalamientos fuertes sobre el manejo presupuestario, entre ellos, el pago por más de ¢1.500 millones por horas extra en el periodo comprendido entre 2018 y setiembre de 2020. Luego trascendió que el mismo Ministerio pagó de forma indebida cerca de ¢30 millones a funcionarios y exfuncionarios de la cartera entre diciembre de 2019 y noviembre de 2020.

Los casos anteriores demuestran una falta de fiscalización de los recursos y da pie para que los funcionarios implicados directamente con fondos del erario público puedan hacer un festín como les venga en gana de los dineros que pertenecen a todos los costarricenses.

Lo más triste de todo esto es que se denuncian dichos abusos y las máximas autoridades hacen caso omiso de los detalles internos, por ende, no se generan acciones para que al final haya cambios y se juzgue a los culpables.

El que los altos mandos del MOPT sean permisivos con el manejo de recursos los hace cómplices de todos los atropellos que puedan producirse en casos como los mencionados.

La Dirección General de la Policía de Tránsito no escapa a los cuestionamientos. Recientemente DIARIO EXTRA publicó que trabajadores de esa organización se encuentran en desventaja en sus funciones en comparación con el resto de empleados del MOPT.

¿Por qué? Pues la Dirección de Tránsito se comporta como una república independiente, pero pareciera como si fuera de un país de tercer mundo. Tienen trabajando a sus colaboradores en las condiciones más insalubres, lo cual dificulta el desarrollo de sus funciones.

Para peores, hacen millonarias inversiones en capas, patrullas y otros artículos de primera necesidad para el tráfico, pero al final de cuentas todo se convierte en una chambonada.

Entre los problemas suscitados se encuentra la entrega de uniformes y capas, sobre la que se denunció un presunto desorden para hacer las reparticiones como corresponde, al punto que se mantienen embodegadas mientras muchos efectivos siguen esperándolas, pero siempre se compran más.

De las 293 capas adquiridas en 2020, se entregaron 220, mientras que de las 417 adquiridas en 2021, se entregaron 122. En tanto, que en stock a la fecha hay 368 capas para entrega según solicitud de cada jefatura.

Otro presunto problema es el mal estado en que se encuentran algunas patrullas, así como la lentitud con que las autoridades las arreglan.

Sobre el particular, las autoridades a cargo indicaron que se encuentran en funcionamiento y que cada jefatura debe velar por el uso correcto de estas, así como reportar en caso de que requieran algún mantenimiento preventivo, el cual debe gestionar la Unidad de Trámites Administrativos ante la Dirección de Equipo y Maquinaria del MOPT o la unidad de Transportes del Consejo Nacional de Vialidad (Cosevi), de acuerdo con los recursos asignados, mientras que el costo por arreglar las patrullas ronda los ¢79 millones.

Para finalizar con los desórdenes, pagan millones en adquisición de vehículos para que estén guardados en los talleres de la institución, lo cual evidencia desinterés o inoperancia, un daño hacia los costarricenses, al fin y al cabo.

En la actualidad, el MOPT sacó dos licitaciones valoradas en ¢15 millones para pagar a un privado en las labores de mantenimiento de los automotores.

Si la institución paga a privados, la pregunta es qué hacen los funcionarios aptos para ese puesto que puedan desempeñar esos roles. No ejecutan sus funciones, no cumplen y por ende se ganan el salario a costillas del pueblo que paga sus impuestos y obligaciones tributarias.

En el MOPT sigue la fiesta, muchos se encargan de despilfarrar dineros, porque de por sí ya vimos que no hay fiscalización… ¡A hacer fiesta, no importa, al final todo queda impune!

Este Ministerio requiere de un bisturí antes que el tumor se extienda más. Es una de las instituciones que más se prestan para manejar antojadizamente los recursos sin que se culpe a nadie por ello.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 09 Agosto, 2021

HORA: 12:00 AM

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