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Sucesos

Camión trunca sueños de guarda de hotel

Hija cuenta su historia a DIARIO EXTRA, La Uruca

  • Glenda Arias, hija del fallecido, recordará como un gran padre a don Ramón

  • El guarda falleció al ser impactado por un camión mientras esperaba el autobús

  • El hoy occiso cumplió 60 años el pasado mes de mayo

 

 

 

Un hombre que se disponía a esperar el autobús para dirigirse a su trabajo en el centro de San José, perdió la vida tras ser atropellado por un camión en las cercanías del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) sobre la Autopista General Cañas.
El ahora fallecido fue identificado como Ramón Gerardo Arias Portilla, de 60 años, quien laboraba como guarda de seguridad en un hotel capitalino.
En apariencia, Arias se encontraba esperando el autobús, momento en el que un pesado automotor se estacionó en el área de paradas de las unidades de transporte público, retrocedió sin percatarse que estaba Arias, momento en el que lo habría golpeado y arrollado.
El conductor de la unidad de carga, al percatarse de lo sucedido, se detuvo y salió para intentar sacarlo de entre las llantas traseras del camión.
Socorristas de la Cruz Roja fueron alertados del hecho y al llegar iniciaron con la valoración del hombre, sin embargo, por las lesiones que sufrió, fue declarado fallecido.
“El señor sufrió un golpe en la espalda, cayó y posteriormente el camión le pasó encima de la cabeza”, indicó Osvaldo Hernández, cruzrojista a cargo.
El cuerpo fue levantado por los agentes de Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes lo trasladaron al Complejo de Ciencias Forenses para la realización de la respectiva autopsia.
Por su parte, el oficial de la Policía de Tránsito, William Quesada, confirmó al Periódico del Pueblo que la alcoholemia practicada al chofer del camión resultó negativa.

CAMINO AL TRABAJO

DIARIO EXTRA conversó con Glenda Arias, hija del hoy occiso, que con mucho cariño recuerda a su padre, a quien describe como una persona que daba todo por su familia.
Según indicó Glenda, el día del percance, su padre se dirigía a su lugar de trabajo, al que acostumbrara salir con mucho tiempo de anticipación.
“Él tenía 60 años, los venía recién cumpliendo, el 16 mayo. Vivía en La Uruca y trabajaba tres días a la semana. Ese día iba para el trabajo, siempre se iba temprano porque entraba a las 2 p.m., pero siempre se iba con buen tiempo”, explicó.
Don Ramón alquilaba un aposento que se encontraba cerca de donde sufrió el atropello, sin embargo, los demás días de la semana los pasaba con sus familiares en la provincia de Alajuela.
“Él alquilaba un cuartito y luego los otros días se venía para donde los hijos o a veces se iba para donde su familia que es de Acosta”, señaló.
Personas que presenciaron el accidente le indicaron que su papá habría sufrido en apariencia un fuerte golpe en su cabeza por dicho camión antes de ser atropellado.
“La muchacha que vio el accidente de mi papá, porque nosotros quedamos con una imagen que no puedo explicarle porque uno lo que piensa es ¿sufrió? Pero la muchacha dice que fue un impacto que lo primero que se llevó fue la cabecita de él, entonces el murió instantáneamente”, indicó.

UN PADRE ESPECIAL

Según Arias, su progenitor disfrutaba visitar la tierra que lo vio crecer, donde compartía con sus hermanas y quienes lo consentían con varios de sus platillos preferidos.
“Pasaba mucho con mi tía Clara, con mi tía Elena, a quienes les pedía que le hiciera sopa de albóndigas, arroz guacho, o macarrones”, acotó.
Asimismo, el ahora fallecido era descrito por sus familiares como un señor “comelón”, ya que disfrutaba comer con sus seres queridos.
“El café no le podía faltar, siempre andaba un termo porque no le podía faltar. Era demasiado comelón, comía, pero demasiado, siempre le decíamos ‘¿Quiere más?’ y alzaba la manita y hacía los hombros como diciendo ‘Sí está bien’”, agregó.

SE VENDRÍA A VIVIR CONMIGO

Doña Glenda contó a DIARIO EXTRA que, ante la disminución en la jornada de trabajo que enfrentaba el hoy occiso y la afectación en sus finanzas, le habría ofrecido que fuera a vivir con ella.
De hecho, después del accidente visitaron el lugar donde vivió, y se dieron cuenta de que ya tenía listas sus pertenencias ante la propuesta que le había hecho días atrás.
“Él no me había dicho nada, pero el lunes que nos avisaron fuimos a la casa y ya tenía todas las cositas listas para venirse para mi casa”, expresó.
Sin embargo, don Ramón se mantuvo trabajando con el fin de poder lograr un dinero que le ayudara a construir un cuarto en la propiedad de su hija.
“Era muy pulseador, porque donde trabajaba lo tenían sin agua, sin luz, nunca le dieron vacaciones de nada, pero siempre iba a trabajar, era el primero que llegaba porque siempre se esmeraba en eso. Me dijo que no iba a dejar el trabajo, porque si lo liquidaban se venía a vivir a mi casa y con esto poder hacer un balcón y el cuartito con el baño de él”, expresó.
Entre las cosas que recuerda doña Glenda resalta el amor por sus nietos, con quienes jugaban y disfrutaban en sus estadías en familia.
“Se llevaba a mi hijo menor y lo llevaba andar en el carrito, lo molestaba un montón, el otro se enojaba, pero pasaban felices. A mi otro hijo pasaba y solo le decía compañero, solo le decía compañero venga aquí y así se quedó para mi hijo, se puede decir que era el segundo papá de ellos porque le decían papi”, concluyó.

 

 

 

PERIODISTA: Erick Melendez Delgado

CRÉDITOS: Fotos: Daniel Johnson

EMAIL: [email protected]

Jueves 29 Julio, 2021

HORA: 12:00 AM

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