La paternidad es hermosa, lleva muchas alegrías que se van guardando en el corazón. Para que ser padre sea funcional y que dé como resultado hijos felices, exitosos y de una buena conducta moral, se debe cumplir con ciertas conductas y tener o adquirir algunas herramientas, así como a la vez deshacernos de ciertos patrones culturales que han estorbado para ser unos buenos padres.
En nuestra cultura los matrimonios crearon un muy mal negocio, donde el hombre dice y establece “cuando tengamos hijos, yo los mantengo y usted los educa y cría”. En este trato los hijos quedan en desventaja, es importante establecer que la crianza, la formación, la disciplina, los límites y el afecto son responsabilidad de ambos, porque, si solo la madre trabaja en ello, el hijo solamente obtendrá la mitad de la formación, y por consiguiente tendríamos un hueco formativo y afectivo paterno, dentro de la personalidad del hijo.
Para ser un padre que funciona, estos deben ocuparse en:
• Afectividad oral y física: Implica el decirles constantemente que los amamos, así como abrazarlos y besarlos constantemente.
• Actividades: Implica crear momentos que los unan, jugar, hacer cosas como pintar la casa o enseñarles cosas como los oficios domésticos.
• Comunicación profunda: Se trata de conocer los gustos de los hijos y el porqué de estos, el hablar de temas específicos según las necesidades de cada edad, así como quienes son internamente y el propósito de sus vidas.
• Límites y disciplina: Ellos ocupan que los protejan de sí mismos y esto se logra por medio de colocar limitantes e impartir disciplinas cuando sea necesario.
• Formación: Abarca enseñar a vivir correctamente por medio de enseñar valores morales y espirituales.
Algo muy importante es que esto debe ser practicado constantemente, no darán buen fruto si se hacen de vez en cuando. Otro punto a resaltar es que debe de hacerse en forma integral y no solo practicar un área, por ejemplo, si un padre es muy afectivo, pero no trabaja el área de formación, tendríamos como resultado un hijo indisciplinado, y por último resaltar que es el padre el responsable, y no los hijos, de hacer que todos estos puntos sean una realidad.
Como padres, ajustemos lo que debamos ajustar según lo antes expuesto, y así veremos una paternidad llena de satisfacciones y con una relación padre-hijo que llenará y formará el corazón de ambos.
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CRÉDITOS: Dr. Mauricio Mora
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Miércoles 16 Junio, 2021
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