Del pasado

Opinión

“No desprecies el recuerdo del camino recorrido. Ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta”, Papa Pablo VI.

Es frecuente escuchar y leer que el pasado quedó atrás, que el pasado, pasado está. Estas expresiones podrían ser aceptadas respecto a cuestiones personales de la vida: fracasos, desánimos, desilusiones, enfermedades, tragedias, sufrimientos; sin embargo, las pongo en duda si de obras y decisiones políticas se trata, cuando estas han beneficiado y siguen beneficiando, actualmente, a todo un pueblo; sobre todo, a las personas y familias más vulnerables, humildes, excluidas e incapacitadas para satisfacer sus evidentes y variadas necesidades vitales.

Recientemente, he escuchado a políticos referirse al serio deterioro de los indicadores sociales, asociado a la peligrosa y gravísima situación económica del país. Dan a entender, con ciertas expresiones, que se debe mantener el Estado Social de Derecho, concepción de Estado que cada día viene a menos en perjuicio de la mayoría de nuestra sociedad. Algunos reconocen que gracias a esta concepción han llegado a ser lo que son. ¡Enhorabuena!

Lo notable es que no se refieren con claridad al origen de esta concepción humanista de Estado, que tanto bien les ha hecho a diversas generaciones de costarricenses. Entendible. Les cuesta mencionar las verdaderas raíces de este hito histórico, heredado del recordado expresidente, Doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, quien, con las Garantías Sociales, la Universidad de Costa Rica, consagradas en nuestra Constitución Política, la creación de la Caja Costarricense de Seguro Social y el Código de Trabajo, garantizó a los costarricenses derechos y valiosas oportunidades de constituir una “clase media”, no existente a la sazón.

¿Cuántas familias constituidas antes y después de ese memorable gobierno (1940-1944) de orientación socialcristiana pudieron procrear descendientes en condiciones culturales, sociales y económicas muy diferentes a las vividas por estas? ¿Cuántos hijos e hijas de familias con chozas y ranchos de “piso de tierra” pudieron estudiar y forjarse una profesión que los sacó de la pobreza y los ubicó en esa clase media?

Entonces, cómo es que no debemos retomar lo valioso DEL PASADO. Olvidar esta humana, cultural, justa y solidaria obra de bien para todos sería pretender borrar un preciado capítulo de nuestra historia patria, que sigue dando buenos frutos a la gente, pese a los intentos de debilitarla o eliminarla. Los beneficios de estas cuatro magnas obras del Doctor Calderón Guardia, llegan hoy, especialmente, a quienes viven en la pobreza, el abandono y la exclusión y quieran superar su condición de pobreza. Por la magnitud de la Gran Reforma Social del Doctor Calderón Guardia, gobernantes y diputados deben fortalecer, cuidar y defender nuestro Estado Social de Derecho, porque es cuidar y defender el bienestar, el progreso y la paz del pueblo que los elige. Es una obligación moral y social. En política el pasado es punto de partida para corregir o fortalecer.

Retomar el pasado con las nuevas generaciones es necesario para que valoren la historia patria, el legado de gobernantes, sus propias condiciones de vida, las instituciones de bien social y cultural, creadas a través de los años por varias administraciones que sí pensaron en el pueblo. Son logros de una sociedad que defiende y sigue defendiendo el Estado Social de Derecho, enriquecido, después de 1944, con otras obras de gobiernos subsiguientes, como se detalla en un artículo publicado por DIARIO EXTRA, el 27 de enero de este año, escrito por el Doctor Carlos Araya Guillén y quien escribe.

Afirmaciones, por cierto, muy generalizadas, refieren que a los jóvenes no les importa el pasado, pues solo viven su día a día. Por supuesto, como todo en la vida, hay excepciones que rompen la regla. En mi actividad política de años he compartido ideales y objetivos políticos con jóvenes interesados en cuestiones ideológicas, políticas y de la realidad nacional, quienes buscaron formación y capacitación con vivo interés. En este tema, familias, partidos políticos, centros educativos, medios de comunicación y TSE, tienen mucho que ver en cuanto a la participación de los jóvenes en las actividades cívico-políticas. Ellos, al conocer la historia de su patria, estarán mejor preparados para tomar decisiones personales, profesionales y políticas.

Y, parafraseando al Papa Pablo VI, no olvidemos el camino recorrido en la construcción del Estado Social de Derecho para no perderlo de vista.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Miércoles 09 Junio, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Marvin Herrera Araya