La enfermedad de Parkinson es una patología progresiva del sistema nervioso que altera las capacidades de motoras, causando temblores, rigidez o disminución del movimiento, entre otros.
Muchos de los síntomas obedecen a una pérdida de las neuronas que producen dopamina, una especie de mensajero químico en el cerebro. Cuando los niveles de dopamina disminuyen, se genera una anomalía en la actividad cerebral, lo que causa los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Las causas parecen estar asociadas con la exposición a químicos y contaminantes industriales, como pesticidas, solventes y metales; pero el factor de riesgo más importante es la edad (60 años o más).
En Costa Rica este padecimiento se ha visto incrementado en los últimos años, en parte debido a que cada vez es más la cantidad de personas mayores de 60 años en el país. De acuerdo al último Censo publicado por el INEC (2011), el 7,3% de la población (4,5 millones de costarricenses) tenía más de 65 años, y se estima que para el año 2050, este número se habrá triplicado.
El Colegio de Profesionales en Nutrición considera que una adecuada alimentación es un factor de protección para prevenir la enfermedad o evitar su progreso. Además, las personas con enfermedad de Parkinson son más propensas a perder peso, presentar algún grado de desnutrición y deshidratación.
La implicación de la enfermedad de Parkinson en el sistema digestivo va desde problemas para masticar, mantener los alimentos en la boca, mantener la boca cerrada, tragar, presencia de tos o ahogamiento al comer o beber que puede llegar a ocasionar neumonía, reflujo gastroesofágico y sus complicaciones, sensación de llenura, enlentecimiento de la digestión, mala absorción, estreñimiento, constipación y cólicos. Todas estas condiciones pueden generar en la persona anorexia o desgano para alimentarse y temor relacionado con la alimentación, así como depresión y aislamiento, repercutiendo directamente sobre el estado nutricional.
La educación y la consejería que se le brinden a la persona cuidadora juegan un papel clave en la implementación de estrategias que contribuyan al proceso de alimentación y a una adecuada nutrición.
Algunas de las técnicas de alimentación recomendables son:
lBrindar una superficie antideslizante para colocar la vajilla sobre la mesa, utilizar cubiertos con agarraderas grandes y gruesas, y tazas para bebidas con doble agarradera.
lServir los alimentos en platos hondos.
lUtilizar servilletas como baberos.
lUsar algún tipo de pajilla o estructura absorbente para tomar los líquidos si lo desea la persona.
lDisponer de suficiente tiempo para comer y evitar alimentarse al lado de personas que acaben sus alimentos muy rápido.
lNo hablar al estar comiendo.
lComer en una silla y mesa seguras que aporten comodidad y contribuyan a mantener una postura erguida, con la espalda recta, recostada al respaldar.
lOfrecer bocados pequeños, intentando masticar bien y percatándose de si la persona cerró la boca.
lEsperar que la boca esté vacía para introducir un nuevo bocado.
lEn caso de que después de tragar un bocado aun quede alimento en la boca permitir que la persona intente tragar una o dos veces más si es necesario.
lCada vez que tome un sorbo de una bebida se debe colocar la taza en su lugar y hacer una pausa antes de volver a tomar otro sorbo.
lUna vez que la persona ha acabado de comer es importante que se mantenga sentado no menos de 30 minutos.
lEn todos los casos se debe evitar un ambiente de estrés o tensión a la hora de comer.
Adicional a lo anterior,
como recomendaciones
nutricionales están:
lOfrecer hasta 6 tiempos de comida con cantidades pequeñas pero nutricionalmente completas.
lPresentar los alimentos como purés, cremas, batidos, picadillos, compotas y en caso necesario espesar los líquidos, con maicena por ejemplo.
lBrindar variedad de alimentos en cada tiempo de comida para favorecer el aporte nutricional.
lProcurar el consumo de al menos 1 taza con vegetales no harinosos cocinados (por ejemplo: ayote tierno, chayote, zanahoria, espinacas, tomate) y 3 tazas de fruta fresca todos los días.
lVigilar que el consumo de agua sea diario entre 2-3 litros de agua, consumidos en pequeños sorbos a lo largo del día.
lBrindar alimentos fuente de proteína como el pollo, carnes rojas, pescados, huevos, lácteos en la cena y no durante el día para evitar que interfiera con el efecto del medicamento Levodopa.
lSeparar las comidas de la toma del medicamento con espacios de tiempo de al menos 45 minutos.
lPermitir la exposición al sol antes de las 9:00 am o después de las 3:00 pm al menos durante 15 minutos, 3 veces por semana para favorecer la producción interna de vitamina D.
lSe debe adecuar la alimentación al grado de progresión de la enfermedad y al estado de salud general de la persona.
Finalmente, la asesoría profesional será indispensable para obtener una alimentación individualizada y completa que conducirá a la disminución del deterioro funcional asociado con el envejecimiento, retardar la progresión de la enfermedad de Parkinson y procurar la mejor calidad de vida posible.
*Colegio de Profesionales en Nutrición
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Dra. Wendy González*
EMAIL: [email protected]
Lunes 12 Abril, 2021
HORA: 12:00 AM
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