Soy un hombre de 28 años, soltero. Antes de la pandemia comencé una relación con una muchacha que había sido vecina hace unos años. Ella me encanta, pero tiene un carácter difícil, y yo soy como más pasivo, diría yo. Todo este tiempo la relación ha sido problemática, pero ahora creo que pasamos la raya. Ella me grita, aunque estemos en público, como que pierde el control. El problema es que ahora pasa a cada rato.
Todas las parejas enfrentan adversidades y desacuerdos que pueden generar posiciones encontradas, la diferencia entre unas parejas y otras es la forma en que se abordan esos problemas. Las parejas en las que uno o ambos son impulsivos, las conversaciones tienden a tomar tintes de enfrentamientos y se convierten en muchos casos en una discusión abierta, artera, ofensiva y por ende infructuosa para resolver la situación que los aqueja y más bien genera resentimientos que pueden minar la estabilidad de la relación.
Por lo general todas las personas tratamos de abordar temas sensibles en estricta privacidad, lejos del ojo público, y evitamos al máximo enfrentamiento ante terceros. Sin embargo, esas parejas impulsivas, bajo el calor de la discusión, suelen quebrantar esa norma social y discuten, vociferan y se ofenden ante amigos, familiares, y desconocidos, provocando escenas vergonzosas y nefastas.
En el momento en que suceden este tipo de discusiones las parejas deben entender que tiene un problema importante y que debe ser motivo de una profunda reflexión, primero en el plano individual y luego como pareja orientada a tratar de entenderse de una forma más armónica y, de ser necesario, buscar ayuda profesional.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Viernes 09 Abril, 2021
HORA: 12:00 AM
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