Probablemente la cesárea es la cirugía más practicada en la sociedad occidental. Los estudios indican que entre el 15% al 20% de todos los nacimientos ocurren gracias a esta operación. Aun cuando se ha convertido en un procedimiento rutinario en nuestras maternidades, la cesárea tiene un pasado heroico y cruento a la vez.
Cruento porque, antes de contar con los adelantos actuales, el procedimiento era laborioso y muchas veces conllevaba la muerte, tanto de la madre como del niño. Heroico porque siempre ha sido la vía de parto cuando al momento del nacimiento surgen o se prevén problemas graves, que suelen resolverse y evitarse con este procedimiento quirúrgico.
Hoy su papel heroico sigue vigente, pero ya no tenemos que lidiar con las adversidades de antaño, de tal forma que, en la mayoría de los casos, la cesárea es una cirugía de rutina que se realiza en menos de una hora, cursa sin complicaciones, y les permite tanto a la madre como al bebé regresar a la casa 36 horas después.
La cesárea se realiza por muchos motivos, por ejemplo, estrechez de la cadera materna, o cuando la madre tiene una enfermedad que le imposibilita el esfuerzo de una labor de parto, como ciertos problemas del corazón, del pulmón, presión alta y diabetes, por citar algunos.
También hay razones que tienen que ver más con el niño, así cuando el bebé adopta posiciones difíciles para un parto vaginal, como cuando viene sentado, o se coloca en posición transversa, de igual manera, ante malformaciones que podrían complicarse con un parto vaginal, y es común también realizarla en embarazos gemelares o múltiples.
Otras veces son razones que tienen que ver con el embarazo mismo, por ejemplo, cuando la placenta se desprende, o cuando se sale el cordón umbilical, o cuando la placenta está insertada en la zona inferior de la matriz. También muchas mujeres eligen una cesárea por razones estrictamente vivenciales que responden a una dinámica personal.
En términos generales la cirugía se puede realizar con dos tipos de anestesia, la primera de ellas, a anestesia general que es aquella en la cual se “duerme” todo el cuerpo, de tal forma que la madre no es consciente de lo que sucede en sala de operaciones, y por ende puede estar en contacto con el bebé hasta después de que pase el efecto de la anestesia, usualmente 30 a 60 minutos. Esta técnica es muy rápida por eso se utiliza en situaciones de emergencia o cuando la madre se muestra muy aprehensiva, tensa o ansiosa.
La otra opción es “dormir” el cuerpo de la cintura para abajo, en cuyo caso la madre no siente dolor, pero sí está consciente a lo largo de la cirugía y puede ver y acariciar al bebé en el mismo momento en que nace. Como se comprenderá, esta es la técnica más utilizada, pero solo se realiza cuando la cesárea no tiene un carácter urgente.
Es importante señalar que las mujeres a las que se les ha practicado una cesárea pueden en un subsecuente embarazo tener un parto vaginal, en el tanto no se presente la misma causa que motivó la cesárea anterior. Por el contrario, la mujer a la que se le ha realizado dos cesáreas, ante un nuevo embarazo, la mayoría de los obstetras preferimos darle el beneficio de una nueva cesárea para evitar complicaciones.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Lunes 15 Marzo, 2021
HORA: 12:00 AM
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