Casta de dictadores: ultraje del PAC a la democracia y la Constitución (I)

David Francisco Nani

Durante todos estos años de la era PAC, hemos advertido de los inmensos riesgos que ese partido supone para el sistema democrático, como muy bien puntualizó el diputado Pedro Muñoz al final de la comparecencia del pasado 10 de febrero. Constituye la comparecencia de Alvarado por el caso UPAD el tema central del escrito. Sobresalen tres aspectos. Primero, la intentona de, una vez más, buscar destruir la institucionalidad democrática. También debe subrayarse la total banalidad de los argumentos del Presidente frente a las graves acusaciones. Y en tercer lugar debe cuestionarse con rigor la argumentación de los diputados oficialistas. Así, este capítulo de la UPAD se integra a la historia de pesadilla del PAC.
El Presidente, sus diputados y su partido trataron en los días previos de obstaculizar una comparecencia a todas luces legal y amparada en la Constitución. Y eso aconteció también en la sesión dicha. Como si en vez de estar siendo investigado fuera merecedor de un premio, la apuesta inicial radicaba en obligar a los diputados a ir a Casa Presidencial, en un gesto de total arrogancia. Acto seguido tuvo lugar la cansina necedad de tachar la comparecencia de inconstitucional, con el ardid de que se estaba haciendo una sesión del Plenario, cuando en realidad era una sesión en el Plenario, o sea, solo en el espacio físico conocido de tal manera. Se jugó con palabras, como hacen las dictaduras, para no asumir la responsabilidad de comparecer.
Se atenta contra la institucionalidad cuando se mancillan la transparencia y la rendición de cuentas. Y eso vio todo el país el pasado 10 de febrero. La mayor parte del tiempo el Presidente Alvarado se dedicó a “salirse por la tangente”, no responder preguntas, tirar toda clase de cortinas de humo, como cuando se le indicaba que dijera sí o no frente a temas neurálgicos (por ejemplo, si ordenó o no la toma de datos sensibles), y en lugar de responder las cuestiones empezó a contar historias nebulosas y accesorias, solo un incauto o un fanático puede brindar credibilidad a algo así. Peor aún fue tachar a la Asamblea Legislativa de truculenta o tramposa solo por llamarlo a comparecer, algo abiertamente ofensivo. En fin, el primer poder de la República fue en sumo irrespetado, siendo en esto imposible no recordar a Alberto Fujimori, el déspota que usando los poderes dados por el sistema democrático lo dañó tremendamente.
Los argumentos esgrimidos por Carlos Alvarado fueron totalmente banales. El tema de supuestamente perseguir fines de desarrollo social con los datos de la UPAD resulta un adefesio. Primero porque se hace sin reparar en los medios, que fueron ilegales. Un fin nunca justifica los medios, solo las dictaduras afirman lo contrario. Mussolini se vanagloriaba de haber erradicado a la mafia italiana, pero en el proceso destruyó por completo las libertades individuales del pueblo y obviamente fue muchísimo peor el remedio que la enfermedad. Y, en segundo lugar, haciendo a un lado los temas éticos (recalco esto), vemos un nuevo fracaso del PAC. Porque la citada oficina funcionó por meses, sin mostrar impacto alguno para mejorar los reglones vitales de la actualidad costarricense, como lo son el empleo o la superación de las brechas entre centro y periferia. Pura palabrería ampulosa, vacía, con estudios muy posiblemente leídos, retomados y expuestos de manera tendenciosa. La UPAD solo sirvió para espiar. Una vez más, y yo no sé si los del PAC padecen de algún tipo de retardo mental, debe recordarse la tarea sustantiva del país, el combate al desempleo, no la forma de repartir subsidios asistencialistas, perniciosos elementos de cara al desarrollo efectivo (porque jamás puede defenderse el maquillar la pobreza, como hizo Solís y como se hace hoy). De absolutamente nada vale recabar las cifras de pobreza y otros rubros si todo termina en políticas fracasadas responsables de crear más dependencia y miseria.
Fracasó Alvarado en demostrar la pertinencia de una entidad sin razón de existencia. Los diputados con conocimiento de causa evidenciaron una verdad: el INEC es la institución encargada de la estadística en el país, lo hace con ética y con seriedad científica, sin enviar los datos a computadoras personales y sin trabajar desde las sombras del secreto. No hay excusa válida para llevar a cabo esa preocupante agencia paralela llamada UPAD. Y estemos muy, pero muy atentos a la próxima campaña electoral, no vaya a ser que siniestras coaliciones pro-gubernamentales y demás fuerzas políticas extrañas vengan a la puerta de su hogar a ofrecerle “justamente lo que usted necesita” a cambio del voto por el candidato del PAC.

PERIODISTA:

EMAIL:

Martes 09 Marzo, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: David Francisco Nani