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Opinión

Excesos en U públicas deben acabar

Editorial

Las pésimas prácticas salariales de las universidades públicas no pueden seguir siendo solapadas por el poder político, el cuento de la autonomía ha sido usado por décadas para alcahuetear a unos pocos. 

Algunos diputados insisten en seguir haciéndoles el favor a cientos de catedráticos y rectores, trabajadores administrativos, choferes y hasta misceláneos que pretenden seguir ganando millones al mes, incrementando las brechas salariales justamente cuando el país está quebrado. 

La propuesta de sacar a estas casas de enseñanza el proyecto Ley Marco de Empelo Público más parece un eco del corazón que una decisión tomada con los pies sobre la tierra, pues nadie ocupa tres dedos de frente para entender que no hay plata y que seguir chineando a estos funcionarios es imposible. 

UCR, UNA, UNED, UTN y TEC han demostrado en sus estados financieros que los pluses salariales consumen la mayoría del presupuesto anual, al extremo que hay menos becas, menos inversión en infraestructura y en investigación e innovación. 

No es entendible cómo un docente en Costa Rica puede llegar a ganar más que un homólogo en universidades de los Estados Unidos de reconocimiento mundial como Harvard y Yale, por citar dos ejemplos, y eso es mucho decir. 

Veamos cifras. En la Universidad de Costa Rica más de 360 empleados reciben más de ¢4 millones en sus cuentas personales, de ellos al menos 150 perciben remuneraciones mayores a las del presidente de la República. 

La docente que más gana se lleva cada 30 días ¢9,9 millones y tras ella una amplia lista de empleados con salarios de ¢8,8 millones hasta ¢7,5 millones. En la Universidad Nacional casi 80 trabajadores son millonarios, reciben también desde ¢4 millones hasta ¢6,7 millones. 

En la Universidad Técnica Nacional 16 colaboradores ganan más de ¢70 millones al mes entre todos. Mientras que el Instituto Tecnológico en solo 25 profesores y jerarcas administrativos paga aproximadamente ¢112 millones. 

En la Universidad Estatal a Distancia solo dos empleados ganan mes de ¢4 millones mensuales. 

En números redondos, más de 3.600 trabajadores ganan más de ¢2 millones al mes en las universidades públicas.

Para evidenciar el despilfarro de recursos en estos recintos educativos mencionamos una noticia de DIARIO EXTRA donde se menciona que una auditoria realizada por la Contraloría General de la República reveló que la UNA pagó ¢36.108 millones en incentivos salariales hace tan solo un año, casi un 41% del monto total que destina para el pago de salarios. 

Indicó el ente contralor en esa investigación que esa casa de enseñanza superior desembolsa recursos para un total de 45 pluses salariales, pero no cumple con las disposiciones de austeridad que estableció la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas en 2018.

Hace unos días Carolina Hidalgo, expresidenta del Congreso, se sentó a dialogar el tema del empleo público con los rectores universitarios y de acuerdo con un post en Twitter, externaron “su compromiso de hacer las reformas necesarias a sus regímenes salariales y administrativos. Yo les reafirmé mi compromiso con el respeto a la autonomía universitaria”.

Definitivamente ni la legisladora, ni los altos jerarcas de esas dependencias tienen la más mínima consideración con el pueblo, con el país y con sus estudiantes. Debería darles vergüenza estar capeándose las leyes. Irrespetan la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, como lo confirma la Contraloría, y ahora están viendo cómo hacen lo mismo con Empleo Público. 

Más claro no canta un gallo. Algunos burócratas se niegan a aterrizar en las circunstancias que vivimos y crean una defensa por seguir gastándose la plata de los ticos.

Esto no es justo. No se debe seguir alimentando a los feudos, a los trabajadores públicos sí o sí deben meterlos en cintura para que entiendan que las finanzas no están para atender caprichos odiosos. 

Da vergüenza saber que las autoridades del Instituto Tecnológico de Costa Rica encararon a sus estudiantes por no participar en la marcha de apoyo contra el proyecto de ley.

Qué autoridad tienen estas personas para emplazar y hasta reclamar dicha ausencia, la misma que está justificada, pues el rector Luis Paulino Méndez se negó a firmar una carta para fortalecer el sistema de becas y reformar los abultados salarios de los docentes y administrativos. 

¿Acaso los alumnos no pueden manifestarse en contra de los abusos? ¿Será que tomarán represalias contra ellos? ¿Es esta la cara oculta de la autonomía universitaria y la evidencia del secretismo y el confort que quieren seguir manteniendo a costa del dinero del pueblo?

De una vez por todas, los excesos en las universidades públicas deben acabar. En respeto a la autonomía, ya es hora de ponerles un alto.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Jueves 04 Marzo, 2021

HORA: 12:00 AM

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