Todos hemos nos hemos cansado al máximo alguna vez por causa de actividades hogareñas, sociales o laborales, por eso debemos saber que cuando estamos agotados no funcionamos igual y no es que solo nos cuesta mucho más hacer las cosas, sino que cometemos más errores, nos volvemos más lentos e irritables.
Cuando estamos fatigados la memoria también nos juega malas pasadas, aumentando la probabilidad de olvidar muchas cuestiones o incluso padecer lagunas mentales. Según un grupo de neurocientíficos el cansancio, en realidad “apaga” el cerebro. La falta de sueño y el agotamiento afectan la capacidad de las neuronas para codificar la información y traducirla en una respuesta adecuada.
En otras palabras, no son capaces de conectarse y comunicarse entre sí con eficacia, lo cual significa que el agotamiento no solo es psicológico, pues también hay un cansancio cerebral de fondo.
¿CÓMO AFECTA AL CEREBRO?
Durante un trabajo de investigación se mantuvo despiertas durante toda la noche a personas de diferentes edades que sufrían epilepsia, generándoles el típico cansancio que se produce por la falta de descanso. Al día siguiente se les puso a clasificar una serie de imágenes lo más rápido posible. Lo único que debían hacer era diferenciar las imágenes de rostros de personas, animales y lugares.
Tal parece que el cansancio produce que las tareas cotidianas demanden un esfuerzo 10 veces mayor y no podemos pensar con claridad. Pero, no solo se ralentiza nuestro funcionamiento cognitivo, sino que incluso puede crear falsos recuerdos. En otra prueba se les pidió a varias personas ver fotografías de un supuesto crimen y leyeran un informe en que se contradecían esas imágenes, quienes estaban más agotados fueron más propensos a crear historias ficticias, recordando solo los datos del informe y descartando las imágenes, que eran pruebas más fehacientes. Esto se debe, entre otros factores, a que la falta de sueño y el cansancio hacen que el cerebro pierda sus filtros, los cuales nos ayudan diferenciar la información relevante de aquella que no lo es, permitiéndonos mantenernos focalizados en lo que realmente importa.
Los neurocientíficos apreciaron que el agotamiento y la falta de sueño afectan las sinapsis de las neuronas de las regiones frontales y parietales involucradas en el control, así como las que se encuentran en las áreas de procesamiento secundario de la información sensorial y el tálamo. Se demuestra de esta forma que deberíamos tomarnos mucho más en serio el sueño y el descanso. No se trata únicamente de ser más productivos sino también de cuidar la salud de nuestro cerebro.
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CRÉDITOS: Vida y Familia
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Martes 22 Diciembre, 2020
HORA: 12:00 AM
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