Diario Extra - Que tipo de hijo tengo

“Toda madre sabe qué tipo de hijo tiene en la casa, si sirvió pa’ estudiar o es vago, si sirvió para trabajar duro o hay que estar arriándolo pa’ que se mueva”, frase de mi abuelita.
Cuando un hijo nace y lo tenemos en los brazos en esos primeros meses, nos quedamos viendo su tierna carita y nos preguntamos, ¿qué será de grande; médico, arquitecto, abogado, ingeniero o un gran pianista profesional?
Esta pregunta no se puede despegar de lo que nosotros como padres deseamos para ellos pues anhelamos que sean personas de bien, que les guste estudiar, que sean proactivos, que honren el apellido. Nadie quiere un hijo vago, mantenido, delincuente, ladrón (con o sin corbata), drogadicto, agresor de su familia o abusador sexual.
En lo personal he atendido varios padres que tienen expectativas muy altas comparado lo que realmente sus hijos desean por ellos mismos (que suele ser diferente al anhelo de los padres). Es así que viene el sufrimiento en ellos, el problema de esa angustia y decepción paternal se encuentra no solo en las expectativas irreales.
Estos padres sufren porque en su mente trabajan más con fantasías y deseos que con realidades que están ante ellos, pero no las quieren ver, permítame nombrar algunas de ellas:
Si su hijo dice que quiere estudiar para ser médico, abogado o ingeniero, pero juega videojuegos durante muchas horas todos los días, no trabaja para pagarse sus estudios o no estudia, pero todo lo gasta en vagancias, no se engañe, no quiere estudiar.
Si usted espera que su hijo sea un empresario y no ve que sus prioridades sean construir algún negocio desde cero, si no tiene ánimo ni pasión por lograr metas que se ha impuesto, no se engañe, no va tener ni una venta de helados.
Si a su hijo para que estudie o trabaje hay que estarlo regañando y se vuelve un pleito completo para que cumpla hasta limpiar su propia habitación, no se engañe, seguro no pasará de ahí.
Y no es que los hijos no puedan o no tengan talentos, es que no está motivado o simple y sencillamente no quiere. En algunos casos, esta falta de ganas tiene que ver con problemas profundos en el hogar y habría que valorar profesionalmente.
Aunque debemos también recordar que existen niños que a pesar del ambiente familiar negativo salen adelante desde la infancia y logran superar en una personalidad resiliente su entorno y terminan muy bien.
A los hijos se les ve desde pequeños para donde van, si les apasiona (esta palabra es clave) estudiar, la música, vender, crear negocios, o más bien desde pequeños son vagos e indisciplinados y se convierten en todo un desafío hasta para que hagan una tarea escolar.
n Uno sabe qué tipo de hijo/a tiene por cinco razones, las decisiones que toman, los amigos y parejas que escogen, en qué gastan el dinero cuando lo tienen, cómo son cuando están enojados, tristes o deprimidos y en qué gastan su tiempo, eso nos dice qué tipo de prioridades tienen, cuáles son sus valores, qué es lo que hay en su corazón, y hacia dónde va su vida.
Yo sé que para algunos padres es muy duro que alguien les haga ver la realidad, pero les garantizo que es mejor trabajar con realidades y evitarse gastos de pagar materias carísimas durante años para que a los treinta años no haya llegado a ningún lado.
Se vale no tener títulos, se puede vivir de muchas otras cosas más, se puede ser misceláneo o tener un oficio, como carpintero o mecánico, artista o músico, todos estos son honorables como cualquier persona que tenga un título de universidad, el hecho es que al final el hijo sea trabajador y una persona de bien.
Uno como padre o madre debe estorbarles a ellos mismos para que no terminen mal, aunque sean vagos, debe luchar en oración para cambiar ese mal fin a donde se dirigen si siguen así, se debe ser firme en límites, castigos y sobre todo en formación, si tenemos problemas familiares que les están afectando, resolverlos y ayudarles en la tarea de que descubran sus talentos para que ellos terminen bien.

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