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Espectáculos

Solo 2 de cada 10 adultos mayores son saludables

Insisten en prepararse para la vejez desde edades tempranas

  • Invertir en la niñez y la adolescencia favorece la etapa de la vejez.

  • Se estima que para el 2050 haya un crecimiento del 200% en la población adulta mayor.

  • Un informe de la CCSS indica que solo dos de cada 10 adultos mayores son saludables.

Un informe de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) refleja la necesidad de tomar de decisiones urgentes en torno a la vejez, pues señala que en el país solo dos de cada diez adultos mayores son saludables.
Ante esto los especialistas insisten en que para vivir una buena vejez es necesario haber tenido un estilo de vida saludable y de buena calidad desde la niñez, pues desde ese momento se debe empezar a planificar el proceso de envejecimiento.
Es decir, la inversión que se haga en edades tempranas como la niñez y la adolescencia tienen una influencia importante en la vejez.
Así lo asegura la gerontóloga Idalia Alpízar, profesora del curso “Jubilación: un asunto de jóvenes” del Centro de Estudios Generales de la Universidad Nacional (UNA).
La especialista señala que esto implica acercarse al concepto de envejecimiento desde la noción de ciclo vital, es decir, el cómo una etapa incide sobre la siguiente.
En esa línea alertó sobre la necesidad de atender, a nivel país y de manera urgente, el envejecimiento poblacional, especialmente tomando en cuenta que a la mayor parte de la nueva generación de personas adultas mayores les corresponderá trabajar hasta edades muy avanzadas.
“Los cambios demográficos que se avecinan hacen indispensable tomar decisiones en materia de niñez y adolescencia para evitar el colapso de una sociedad envejecida”, advierte Alpízar, quien es cofundadora del Programa de Atención Integral de la Persona Adulta Mayor (Paipam) y, además, representante del Centro en la Comisión Institucional para la Política de Niñez y Adolescencia de la UNA.
De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), hacia el año 2050 se estima una tasa de crecimiento promedio del 200% en la población con edad entre los 65 y los 89 años. Lo que sumado al informe de la CCSS sobre que solo el 20% de los adultos mayores son saludables pone en frente un reto gigante.
Dicho estudio muestra una prevalencia de distintas enfermedades crónicas en edades avanzadas; no obstante, estas empiezan a manifestarse en edades más tempranas.
Lo anterior se traduce en un uso frecuente y constante de los servicios médicos por parte de las personas adultas mayores.
Esto supone que conforme aumente la población adulta mayor del país también se incrementa la demanda de atención especializada en salud con las implicaciones que esto representa para el sistema de seguridad social y para la población económicamente activa.

VEJEZ NO ES ENFERMEDAD

“La manifestación de enfermedades no necesariamente es por razón de edad, sino depende de otros factores, entre ellos las condiciones que haya vivido la persona sobre todo en los primeros años de vida”, resaltó la gerontóloga.
Alpízar explicó que, de acuerdo con el principio epigenético, cada etapa de la vida depende de la anterior, de modo que las influencias ambientales pueden incidir, sin subestimar las genéticas.
La especialista citó a la epigenista Aracelly Castillo de la Universidad de Málaga en España, quien considera que los contaminantes, la alimentación, así como las muestras de afecto u hostilidad en la que se desenvuelva la persona menor de edad influye en su desarrollo en las siguientes etapas de la vida.
Además, señala que las condiciones donde nace y crece la persona, influye en que el organismo tenga mayor o menor capacidad de enfrentar las amenazas y agentes estresantes y, en consecuencia, también de ser más o menos propensa a enfermedades.
En esa misma línea da importantes recomendaciones el informe mundial de Unicef publicado en 2017 con el título “La primera infancia importa para cada niño”, que apunta a la necesidad de cuidar a la persona desde el comienzo de la vida para garantizar un envejecimiento más saludable.
“La violencia, el maltrato, el abandono y las experiencias traumáticas en edades tempranas generan altos niveles de cortisol, una hormona que produce estrés tóxico, el cual limita la conectividad neuronal en los cerebros en desarrollo y potencian el desarrollo de enfermedades que se manifiestan en edades avanzadas como son los síndromes geriátricos”, cita el informe.
Por su parte Alpízar añadió que la “evidencia científica indica que los factores de riesgo de enfermedades crónicas, por ejemplo, se establecen por lo general durante la infancia y la adolescencia, de ahí el deber que tenemos como ciudadanos de impulsar proyectos que busquen proteger las condiciones en las cuales nacen, crecen y se desenvuelven estas poblaciones”.
De este modo la especialista concluye que invertir en un segmento vulnerable como la niñez y la adolescencia es una buena forma de hacer del envejecimiento poblacional una oportunidad y no una amenaza.

PERIODISTA: Sharon Cascante Lizano

EMAIL: [email protected]

Lunes 23 Noviembre, 2020

HORA: 12:00 AM

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