El sector construcción lleva ya casi dos años de caída permanente con tasas decrecientes desde 2019, situación que se agravó con la pandemia en 2020.
En el peor de los casos las constructoras han tenido que suspender toda clase de proyectos y reducir la generación de empleo.
Así lo confirma una encuesta de Deloitte hecha en octubre y noviembre a 163 empresas del sector. Los datos trascendieron en el Congreso Nacional de la Construcción.
La mayoría de las compañías coincide en que el impacto económico durante 2020 fue realmente alto.
Un 45% asegura que la mayor afectación se relaciona con la paralización o disminución de obras, un 27% considera que la situación política y económica del país genera inestabilidad e incertidumbre, y un 3% advierte que tanto los créditos bancarios como los presupuestos han disminuido significativamente.
Esta realidad obliga a las constructoras a reorganizarse para sobrevivir. Un 76% debió modificar su sistema de negocio para ser más eficiente con menos recursos, mejorar procesos y disminuir costos.
En cuanto a la reducción de jornadas laborales, el 51% de ellas no ha reducido jornadas, mientras que en otras industrias la cifra es del 37%.
“Somos un motor fundamental de la actividad económica del país e importante generador de empleo directo e indirecto por el elevado poder de arrastre en otras actividades económicas vinculadas.
Generamos oportunidades laborales para todos los niveles de ingreso y especialmente para los trabajadores más vulnerables”, manifestó Esteban Acón, presidente de la Cámara de la Construcción.
Agregó que desde esa organización, como representantes del sector formal de la construcción, insisten ante las autoridades en la necesidad de trabajar por la reactivación del sector y así lo demuestran las propuestas enviadas.
De acuerdo con Acón, urgen reformas para permitir una mayor agilidad y eficiencia del sector construcción.
“Lo tedioso y lento de los trámites conforma una barrera que impide un crecimiento más ágil. Si ya este era un problema, con la pandemia quedó evidenciada la ineficiencia en la tramitología y sus sistemas obsoletos”, destacó.
“Otro punto en el que hemos sido categóricos es en que la obra pública debe continuar. Sabemos que la pandemia afectó aún más la ya crítica situación de las finanzas públicas, pero es imperativo que el gobierno logre distinguir la gran diferencia que existe entre los términos ‘gasto’ e ‘inversión’”, finalizó.
PERIODISTA: María Siu Lanzas
CRÉDITOS: Foto: Archivo
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Viernes 20 Noviembre, 2020
HORA: 12:00 AM
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